Embustero y peligroso (por Juan Carlos Girauta)

Por Juan Carlos Girauta

Rodríguez quiso cerrar el 2006 con balance risueño y doradas previsiones: este año, bien, y el que viene, mejor. De inmediato la ETA le desmintió con muertos y con fuego, mientras su negro embajador afirmaba la pervivencia del proceso de paz. Claro. Uno de los rasgos del falaz proceso con que planean descorchar y beberse la nación es que tanto su conclusión como su vigencia están en manos de los terroristas. Y de nadie más. Aunque tal fatalidad podía detectarse en origen, hay quien necesitaba víctimas nuevas para ver claro. Las anteriores no valían.

La expresión "proceso de paz" es enteramente tramposa, incluyendo la preposición. Está armada para expandir falsedad y contaminar cuanto toca. El protagonista semántico, la "paz", apesta por varios motivos. Como artefacto político, ha sido esgrimida por portadores de las más torpes o aviesas intenciones: apaciguamiento ante el nazismo, movimientos pacifistas promovidos por la Unión Soviética. La paz no es el fin primordial de estados e individuos; la preceden la libertad, la vida, la justicia, la defensa de la propiedad. Aun cuando su sentido no se oponga a guerra sino a desasosiego, "paz" es el sobrenombre típico de una amenaza vestida de promesa. Los primeros en alcanzar la paz así invocada han sido Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, ecuatorianos.

"Proceso" está al servicio de "paz" en el sintagma, y no puede mejorar al sustantivo principal. Pretende oficializar, y aun burocratizar, una decisión: admitir que a la ETA le asisten razones, como dejó ver López. Pero se trata de un salto imposible. No son las razones las que califican u homologan para nada, sino los medios empleados para hacerlas prevalecer.

Rediseñar el mapa y las instituciones al gusto de los terroristas exige más vergüenzas e imposibles, como blanquear el crimen y premiar la violación del monopolio estatal de la violencia. El Estado que hiciera tal cosa se negaría a sí mismo, se convertiría en una fantasmagoría, en un no-Estado, en un ente vacante que pide a gritos regresar a su ser a través de verdaderos gobernantes.

La preposición "de" es el agujero negro del grupo nominal, presto a tragárselo todo: el proceso es de paz. Encierra en dos letras la exorbitante pretensión de legitimar la rendición. Eso sí, cuando los representantes de cuarenta y cinco millones de personas violen su mandato y supediten los intereses de sus representados a los deseos de quinientos forajidos, vendrá un funcionario con un tampón, a sellar.

Rodríguez vende supersticiones nominales, hechizos y conjuros. Pero él sabe. Sabe que tras el "accidente mortal" de Barajas hay que tolerar algunos desahogos. No piquemos, y preparémonos para un despliegue inusitado de frasecitas hechas y falacias. La razón bien aguzada, mientras él repara los fuegos de artificio con que se distrae la España lanar y embotada.

LAS IMÁGENES DEL ATENTADO EN LIBERTAD DIGITAL TV

Discursus interruptus (por Luis del Pino)

Por Luis del Pino

Pues la cosa es mucho peor de lo que me pensaba.

Ha comparecido primero Otegui, ese sócrates con boina virtual de diseño, que ha hablado en todo momento con la seguridad y la firmeza de quien ya sabe que el Gobierno no va a romper la baraja. Se ha limitado a decir que ya lo venían advirtiendo; a exigir a Zapatero que mueva ficha en lo que respecta a la mesa de partidos y a la política penitenciaria; a recordarle a su testaferro en la Moncloa que el mundillo etarra está muy preocupado por lo que le pase a De Juana Chaos y a decir que el proceso sigue adelante.

Después, como manda el protocolo, ha comparecido Zapatero con el gesto desencajado a confirmar que el proceso no se rompe. Ya no tenemos tregua, pero seguiremos sin desmayo por el sendero luminoso de la paz. Podía, por lo menos, haber cubierto el expediente y transmitir una mínima sensación de firmeza, porque mentir es gratis, pero ya no le quedan ni fuerzas, ni imaginación. Podía haber tratado de satisfacer, aunque fuera parcialmente, las lógicas expectativas que su comparecencia había generado, pero todo se ha quedado en un discursus interruptus.

Porque lo importante no es lo que Zapatero ha dicho, sino lo que se ha negado a decir. Por tres veces le han preguntado los periodistas explícitamente si daba el proceso por roto y por tres veces se ha salido por la tangente y ha evitado declarar algo tan simple como "la negociación se ha terminado".

De la misma manera que Zapatero ha evitado referirse, en todo su discurso, al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Y cuando un periodista le ha preguntado de manera explícita si iba a reactivar ese Pacto, ha vuelto a dar una larga cambiada y ha renunciado a mencionarlo, limitándose a señalar que tratará de profundizar el consenso con "todas las fuerzas políticas". Lo que no excluye, mucho me temo, a Batasuna.

La tregua se ha terminado, pero el proceso continúa. Continuarán los contactos con Batasuna. Continuará el desarme judicial del Estado. Continuarán los ataques a las víctimas. Porque el que ETA mate a dos personas al reventar el parking del aeropuerto de Barajas con varios cientos de kilos de explosivos no pasa de ser, como ya advirtió ayer Zapatero, de forma sorprendentemente premonitoria, un "trágico accidente mortal" dentro de un proceso "largo, duro y difícil".

Habíamos conseguido, con el Gobierno del Partido Popular, tener a ETA contra las cuerdas. Hoy hemos podido ver a un Otegui triunfante y seguro y a un presidente noqueado, totalmente incapaz de levantarse de la lona. La aventura fáustica de Zapatero se resuelve en tragedia. Cuando uno vende su alma al diablo, el diablo tiene la mala costumbre de querer cobrar.

Mañana domingo, a las 12 de la mañana, la AVT ha convocado una concentración en la Puerta del Sol de Madrid. El Foro de Ermua ha convocado, por su parte, sendas concentraciones en las tres capitales vascas a las 13:00. Aquí podéis ver los detalles de la convocatoria.

La Plataforma Cívica de los Peones Negros quiere manifestar su solidaridad con las víctimas de este nuevo atentado de la banda asesina y manifiesta su apoyo a las concentraciones que mañana se celebrarán en Madrid y el País Vasco, así como a las concentraciones que tendrán lugar dentro de unos días en todos los ayuntamientos de España, convocadas también por la AVT y de las que en su momento informaremos.

España se merece un Gobierno. Punto.

Hasta el zulo (por Luis del Pino)

Por Luis del Pino

ETA acaba de hacer estallar un coche bomba en Barajas.

Si yo fuera Alfredo Pérez Rubalcaba, diría que un proyecto de coche bomba, cargado con decenas de kilos de un proyecto de explosivo acaba hipotéticamente de estallar en una terminal aeroportuaria que, en realidad, no estaba inaugurada.

Si yo fuera Joan Mesquida, diría que del hecho de que ETA haga estallar un coche bomba en la terminal T4 de Barajas no se deduce que ETA esté haciendo estallar coches bomba.

Si fuera Rodríguez Zapatero, diría que en el aeropuerto madrileño acaba de producirse un trágico accidente, que demuestra que el año que viene estaremos mejor, y aprovecharía para anunciar que el Gobierno piensa endurecer la Ley de Memoria Histórica.

Si fuera Pepín Blanco, pondría una entrada en mi blog, acusando al Partido Popular de querer que haya heridos para poder exhibir más muñones en la siguiente manifestación de víctimas del terrorismo.

Si fuera el periódico El País, llevaría a mi portada mañana el siguiente titular: "La Policía no pudo evitar, a pesar del aviso de ETA, la explosión de un coche bomba en el mismo aeropuerto que el ex-portavoz del gobierno Aznar utilizó hace unos días".

Si fuera el juez Garzón, me presentaría inmediatamente en Barajas, a ver si puedo meter la cabeza en el caso de alguna manera y requisaría las existencias de ácido bórico que encontrara en las farmacias de la zona.

Si fuera el juez Del Olmo, ordenaría la detención inmediata de todos los policías que fueran encontrados a menos de 10 metros de distancia de alguno de los reporteros gráficos desplazados al lugar de los hechos.

Si fuera Cándido Conde Pumpido, mandaría a alguno de mis fiscales abrir una investigación por corrupción urbanística contra algún amigo de un primo de un compañero de colegio de un yerno de un concejal del PP de algún pueblo de la costa.

Si fuera Isabel Pantoja, me largaría cuanto antes del país, porque éstos son capaces de detenerla si la cosa se pone muy fea.

Si fuera alguno de los plumillas al servicio del gobierno, deslizaría en mi columna la idea de que el coche bomba pudiera estar colocado desde antes del inicio del alto el fuego permanente.

Si fuera Ramón Jáuregui, exigiría la inmediata aprobación de un Estatuto Vasco que garantice que las inquietudes de quienes han puesto el coche bomba se canalicen por vías democráticas y que conceda la gestión de la terminal T4 de Barajas al Gobierno Vasco.

Si fuera Pachi López, diría que he convocado a Batasuna a una reunión y que Rosa Díez es muy libre de irse a otro partido que no sepa mantener la calma en situaciones como ésta.

Pero no soy ninguno ellos.

Soy simplemente alguien que está hasta el mismísimo zulo de la ETA, y de Rubalcaba, y de Zapatero, y de Pepín Blanco, y de Del Olmo, y de Garzón. Que está harto de teatro, de que no se persiga a los terroristas, de que no se investigue el 11-M, de que alguien pueda matar a 192 personas para abrir un proceso en el que ETA y el PNV y CIU y ERC y el PSOE puedan seguir repartiéndose los dineros de todos los ciudadanos. De que nos regalen ahora otro episodio de la misma novela que llevamos viendo ya treinta años, en la que los ingenieros sociales utilizan la violencia y utilizan los muertos para hacer que la sociedad siga la senda previamente marcada.

Estoy hasta el mismísimo zulo de saber lo que va a pasar antes de que pase. De saber que ahora el Gobierno detendrá a cuatro etarras descebrebrados de segunda fila mientras sigue adelante con la purga de fiscales y jueces en la Audiencia Nacional. De saber que el Gobierno tratará de vendernos ahora que el estado de derecho sigue firme, mientras continúa sin ilegalizar el PCTV. De saber que dentro de cuatro días volveremos a oír la estupidez de que ETA lleva tres años sin matar y que eso es mejor que el que mate. De saber que el Gobierno no va a retirar el proyecto de reforma del código penal con el que pretende reducir el plazo de prescripción de los delitos cometidos por los etarras. De saber que el proceso de pago a ETA va a continuar adelante hasta las municipales, mientras se escenifica el paripé de cara a la opinión pública.

Estoy hasta el mismísimo zulo de que jueguen con nosotros. Y de que nos tomen por imbéciles.

Tengo ganas, para variar, de que alguien nos trate como a ciudadanos con cerebro.

El prisionero de ETA

Por Victoria Prego en El Mundo


ETA ha tomado el pelo al presidente del Gobierno, le ha humillado y le ha empujado al ridículo - La banda no rompe la tregua porque no se ha dado por vencida en sus exigencias para dejar de matar - Zapatero dejó ayer en manos de la cúpula terrorista la posibilidad de reanudar el 'proceso'

Claro que no. Claro que ETA no tenía la menor intención de romper la tregua anunciada. Claro que no tenía ningún motivo para anunciar con tiempo una decisión que de ninguna manera ha tomado. Claro que Otegi -el ordenanza de la banda terrorista que le hace el servicio de altavoz en la política española- ha tenido mucho cuidado en subrayar que de ninguna manera el famoso proceso está roto. Claro. Precisamente eso es lo malo. O lo peor.

Lo peor de todo esto es que lo que sucedió ayer en Madrid no fue la respuesta bestial de la banda terrorista ante la constatación de su fracaso. No fue un romper la baraja en vista de que ha sido incapaz de exprimir del Gobierno español las cesiones que reclama para comprometerse a dejar de asesinar. No fue el reconocimiento de su derrota política, la expresión de su desesperación. Eso es lo que habría sido el anuncio de ruptura de la tregua. Pero lo de ayer fue todo lo contrario.

Lo que ETA intentó hacer con el atentado en la T-4 de Barajas - y Otegi lo dejó espeluznantemente claro en su comparecencia pública- fue apretarle el pescuezo al Gobierno un poco más, cada vez un poco más, para que tenga claro cuáles pueden ser las consecuencias de que no ceda en lo que la banda le exige. Por eso se encargaron de dar varios avisos y con tiempo suficiente, además, como para intentar garantizarse la no existencia de víctimas mortales. Que el atentado terrorista haya provocado la probable muerte de dos personas no era un efecto buscado por la banda. Lo que buscaba era otra cosa: amedrentar al Gobierno, hacerle ver su capacidad mortífera, recordarle todo el horror y el sufrimiento que ETA puede infligir a los españoles cada vez que lo desee. En definitiva, aterrorizarle, debilitarle, ponerle de rodillas y hacerle ceder.

Todo lo cual significa algo muy inquietante, mucho más inquietante después de haber escuchado la reacción del presidente del Gobierno. Significa que la banda no ha perdido la esperanza de doblegar políticamente a un presidente que, cuanto más tiempo pasa, más evidente se hace para la opinión pública que está siendo víctima de sus propios errores de concepción inicial, víctima de su terquedad, víctima de su profundo desconocimiento sobre la clase de individuos que tenía enfrente cuando empezó a picar el anzuelo y víctima de la inaudita convicción de que este camino tan lleno de trampas lo podía recorrer él solo con la escueta e inútil compañía de los grupos nacionalistas y sin el apoyo irrenunciable del principal partido de la oposición. Éste es el drama: que ETA no quiso ayer romper la tregua porque lo que quiere es continuarla pero así, cerrando la mano sobre la garganta del Gobierno hasta que la angustiosa falta de aire político le obligue a aceptar lo que se le ponga a la firma.

Ayer pudo el presidente haberle doblado el brazo a la cúpula terrorista. Ayer pudo haber demostrado que lo que los asesinos han, evidentemente, interpretado como signos de debilidad por su parte no habían sido sino gestos de ingenuidad que quedaban anulados en ese preciso instante. Ayer habría sido la ocasión para decir «no», para explicar a los españoles que todos sus intentos, bien intencionados pero mal enfocados, acababan aquí.

Era el momento de anunciar a todos los demócratas que las conversaciones y los contactos directos e indirectos que llevan años celebrándose en secreto quedaban anulados -no «suspendidos», sino anulados- y que a partir de este instante lo único que debían esperar los terroristas era la acción de la Policía y de la Justicia hasta lograr su derrota efectiva. Y que ya no valdrían más mensajes, ni más cartas, ni más recados por vías interpuestas ni más tomaduras de pelo. Porque lo que han hecho los dirigentes de ETA con el presidente del Gobierno ha sido exactamente eso: tomarle el pelo. Engañarle. Engañarle hasta el punto de hacerle creer que las cosas, de verdad, estaban encarriladas; hasta el punto de llevarle a hacer el triste y humillante ridículo de declarar solemnemente ante los españoles, ¡y como cierre del año!, que hoy estábamos mejor que ayer pero peor que mañana.

Hubiera sido el día para cambiar de táctica y para tranquilizar a esos ciudadanos a los que 24 horas antes había convocado a la esperanza y -esto es muy importante en política- a la confianza plena en él y en su capacidad de conducción del país. No lo hizo. Y no lo hizo porque ya no puede hacerlo. Porque es prisionero de su apuesta personal, lo cual le hace prisionero de ETA. El prisionero Zapatero nos hizo saber -explicándose mal, de forma reiterativa, evanescente, elusiva- que no tiene más remedio que volver a sentarse a la puerta de La Moncloa a esperar a que la banda vuelva a hablarle de su «voluntad sincera de dejar las armas» y que, cuando esa voluntad esté demostrada y constatada por él por segunda vez - como ya se ve que la constató en julio, cuando acudió al Congreso- volverá a intentarlo.

Con esto, deja en manos de la banda lo que haya de suceder. Es decir, deja en semejantes manos la posibilidad de que le convenzan otra vez de que la próxima va en serio y que no le van a engañar de nuevo, como siempre han hecho, por otra parte, con todos sus antecesores. De los terroristas dependerá a partir de ahora que se arrepientan sinceramente, o no, del atentado de ayer en Madrid; que se den cuenta, o no, de que esas dos víctimas no buscadas pero que a estas horas siguen bajo los escombros, han echado por tierra su pretensión de llevar al límite el chantaje al presidente del Gobierno y a España entera; que triunfe, o no, entre la cúpula de la banda la idea de que la estrategia debe ser otra; una estrategia que desde luego está inédita en su historia pero que, justamente, es la que un día de 2004 Zapatero y sus asesores creyeron ver con nitidez entre los fuegos fatuos de la interminable lista de inocentes asesinados.

Lo que pasa es que el presidente tiene delante a 40 millones de ciudadanos con buena memoria, larga experiencia y la conciencia limpia porque no guardan ningún cadáver en sus armarios. Gentes que exigen de los asesinos arrepentimiento y de sus gobernantes firmeza y solidez.

¿APRENDERA LA LECCION ESTE PRESIDENTE IRRESPONSABLE?

Editorial de El Mundo

Cuando ayer nuestro periódico destacaba en su portada el pronóstico de Zapatero de que «dentro de un año estaremos mejor» y advertía que el presidente «se la está jugando con ETA» no podíamos pensar que en unas pocas horas se iba a materializar de forma tan dramática ese diagnóstico. De hecho, en el momento en que el presidente expresaba su optimismo el pasado viernes, el coche bomba estaba ya en el aparcamiento de Barajas o iba de camino.

El atentado de ayer supone el peor escenario posible para un Gobierno que se había jactado de los avances en «el proceso de paz» y que daba por seguro categóricamente que la situación iría a mejor. Pues bien, ha ido a peor de la peor forma posible: con un coche bomba en la T-4, la obra más emblemática inaugurada por este Gobierno, colapsando el transporte aéreo en vísperas de Nochevieja y con dos desaparecidos, presumiblemente sepultados bajo los escombros.

Si en el plano humano lo más trágico sería el fallecimiento de esas dos personas, queda en evidencia en el plano político el fracaso de la estrategia del Gobierno respecto a ETA y la falta de sustento del optimismo de Zapatero y Rubalcaba. Cabe preguntarse en qué manos estamos cuando tanto el presidente como el ministro de Interior -¡menudo papelón el suyo en la rueda de prensa del «ni confirmo ni desmiento»!- han demostrado una ignorancia tan absoluta respecto a los planes de la banda.

Una reacción insuficiente

Zapatero compareció por la tarde en La Moncloa para decir que considera que el dialogo con ETA no puede seguir mientras la organización armada no renuncie a la violencia pero no quiso ir más allá de esa «suspensión» temporal. Su intervención dejó la sensación de que se resiste a que la terca realidad trastoque sus ingenuos planteamientos.

Zapatero no es un traidor ni un malvado ni creemos que haya firmado letras de cambio a ETA -como a veces se sostiene de forma estereotipada por sus adversarios- pero sí ha actuado de una forma profundamente equivocada, sin medir las consecuencias de sus actos y sin un sentido claro de hacia donde se dirigía. Estamos ante un caso claro de irresponsabilidad política que los electores deberían castigar.

La suspensión del diálogo es lo menos que podía hacer el presidente del Gobierno ante un atentado de esta envergadura, pero su negativa a declarar que está roto definitivamente demuestra que sigue queriendo mantener la puerta entreabierta con la banda. Suspender significa «detener o diferir por algún tiempo». En este sentido, la intervención de Zapatero no supone una rectificación explícita de los errores cometidos sino más bien un intento de ganar tiempo hasta comprobar hacia dónde evolucionan los acontecimientos.

Zapatero se aferró ayer a la resolución del Congreso de mayo de 2005, en la que se daba luz verde a una negociación con ETA si ésta renunciaba a las armas. El tiempo ha demostrado que esta resolución sirvió para dar alas a la banda y para que sus dirigentes se creyeran que podían discutir la autodeterminación del País Vasco de tú a tú con el Gobierno.

Esa iniciativa marcó formalmente el distanciamiento con el PP, fortaleció la alianza del PSOE con los nacionalistas y supuso en la práctica la ruptura del Pacto Antiterrorista y del consenso de las dos grandes formaciones. Lo que era hasta entonces una política de Estado pasó a convertirse en una estrategia partidista. Por eso, el Rey no pudo apoyarla el día de Nochebuena. Que Zapatero insistiera en lo «largo y difícil» del proceso no hace más que mantener la expectativa de que, cuando escampe el aguacero, se reanudará el diálogo. De esta forma, el atentado de ayer quedaría amortizado como poco más que «un hecho añadido a la situación», según las miserables palabras utilizadas por Arnaldo Otegi.

ETA ha roto la tregua

Rubalcaba afirmó que la tregua de ETA había supuesto nueve meses «sin violencia». No es cierto. En abril, la banda envió cartas de extorsión a los empresarios y el Gobierno dijo que habían sido redactadas antes del alto el fuego. Poco después, un grupo de radicales quemó la ferretería de un militante del PP e Interior dió por buena la explicación de ETA de que era una «acción espontánea». Luego se intensificó la kale borroka y el Gobierno alegó que no era suficiente para romper el diálogo. Y más recientemente ETA robó 350 pistolas en Francia y las Fuerzas de Seguridad descubrieron un zulo con armas, hechos a los que el Ejecutivo restó parte de su gravedad. Ayer la banda sembró el terror en el aeropuerto y probablemente mató a dos personas, ¿Qué más hace falta para dar por roto este falso «proceso de paz» definitivamente, como pidió Mariano Rajoy?

Otegi afirmó ayer que el atentado «no nos retrotrae a la situación de antes del 24 de marzo», fecha del comienzo de la tregua. Es justamente al revés: sí nos retrotrae porque ETA ha quebrantado su alto el fuego con el coche bomba de Barajas, aunque quede el enigma de por qué la banda no lo comunicó previamente como en otras ocasiones en las que rompió sus treguas. Esto es precisamente lo que tenía que haber dicho Zapatero. Esto y otras muchas cosas más como que Batasuna no será legalizada en estas condiciones, que jamás consentirá que se cree una mesa de partidos fuera de las instituciones, que no negociará el futuro de Navarra como moneda de cambio y que no habrá excarcelaciones prematuras de presos. Por cierto, que también debería haber anunciado su disposición a instar al fiscal general del Estado a actuar contra Arnaldo Otegi por un delito de enaltecimiento del terrorismo cuando calificó a De Juana Chaos como «preso político».

Aunque Zapatero defraudó ayer a muchos españoles, que esperaban bastante más de él, no hay que descartar que el inconcreto paso de «suspender» el diálogo sea el comienzo de una rectificación gradual por la vía de los hechos. En ese caso, el PP debería ayudarle a cambiar de política y recuperar el consenso, como nuestro periódico ha defendido siempre.

Apagón informativo de los que hace 3 años exigían claridad

La jornada fue frenética y la búsqueda de información incesante. Llamadas a las oficinas oficiales, comparecencias del presidente y de ministros, contactos con la oposición..., pero en sustancia, nada de nada. Los datos no llegaban y la comunicación, escasísima, parecía atascada. Se recuerdan entonces las experiencias en atentados similares, y la conclusión es que el Gobierno y sus socios mediáticos han creado una burbuja informativa. Nada del comando y de sus miembros, nada de la furgoneta robada, nada de la composición ni de la cantidad del explosivo y, sobre todo, nada de las dos muy probables víctimas mortales sepultadas bajo los escombros. El impacto emocional y mediático es muy distinto con dos personas desaparecidas que con dos cadáveres en plenas fiestas navideñas. Sobre todo para un Gobierno que se resiste a romper el proceso de negociación con los asesinos. En un intento de salvar los muebles, el Gobierno ha dado la talla exacta de su política informativa y en la hora crítica sacrifica la transparencia a sus intereses. Son los mismos que hace casi tres años exigían saber la verdad.

Demencial editorial en El País

ETA reanudó ayer el único e intolerante discurso que ha exhibido en sus cuatro décadas de existencia: el terror. La furgoneta bomba que estalló en una de las plantas de la nueva terminal del aeropuerto madrileño de Barajas causó, por la información disponible al cierre de esta edición, dos desaparecidos, varios heridos leves y serios destrozos en las instalaciones, así como el caos más absoluto durante las horas que estuvo suspendido el tráfico aéreo. Con este atentado, la banda rompe el alto el fuego que anunció hace nueve meses, lo que obligó al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a suspender cualquier iniciativa de diálogo con ella, en cumplimiento de la resolución aprobada en el Congreso el pasado mes de junio.

Así lo anunció el propio presidente en una comparecencia pública en la que, además, consideró que la acción de ETA era "el paso más equivocado e inútil que han podido dar los terroristas". La resolución del Congreso establecía como condición para cualquier diálogo la voluntad inequívoca de abandonar la violencia. La organización dejó ayer bien claro, con un atentado gravísimo -se emplearon unos 200 kilos de material explosivo- en uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, que su camino es el del terror y el miedo. Se trata, una vez más, del reconocimiento de su impotencia.

Lo sucedido ayer sólo tiene un culpable: ETA. Frente al anacronismo de un grupo de terroristas convencidos de que es posible fraguar su proyecto político sobre el dolor y la sangre, la democracia debe contraponer la unidad de todas las fuerzas democráticas, el apoyo de todas ellas al Gobierno en los momentos de mayor dificultad, la fortaleza de las instituciones y la firmeza del Estado frente a los violentos. Zapatero anunció ayer la busca y captura, para su entrega a la justicia, de los autores del atentado. No podía ser de otra manera.

La dirección de la lucha antiterrorista es responsabilidad del Gobierno. A él, en particular a su presidente, corresponde decidir el camino a seguir. Para ello cuenta con el mandato del Parlamento. Lo peor que podría suceder en este momento es que las rencillas partidistas y el egoísmo de vuelo corto hicieran aún más fácil el objetivo de la banda de desgastar y debilitar el Ejecutivo.

La acción de Barajas pilló desprevenido al Gobierno, según reconoció el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y se produjo un día después de que el presidente Zapatero manifestara su optimismo por la marcha del proceso para el fin de ETA. No es descartable que algunos utilicen esta circunstancia como munición para el navajeo político, pero, pese a que la crítica a la labor de cualquier Gobierno es necesaria en los sistemas democráticos, no parece éste el momento más adecuado para reproches estériles.

ETA ha modificado con este atentado su tradicional ritual de anunciar mediante un comunicado la ruptura de una tregua, como ya sucedió con las de 1989 y 1998. En esta ocasión, con la bomba de Barajas, la banda parece querer forzar al Gobierno hacia una ruptura del proceso para la paz que le permita librarse de culpas y justificar posteriores acciones violentas. De nuevo es una estrategia suicida e insensata. No sólo porque camina por encima del dolor de las víctimas y el terror de los ciudadanos, sino también por la frustración que provoca en la gente, incluida la izquierda abertzale, parte de la cual había depositado en este alto el fuego permanente fundadas esperanzas de alcanzar, en el plazo que fuera necesario, la paz que ansía este país.

Desgraciadamente, Batasuna volvió ayer a decepcionar con un discurso alejado de la realidad. Su máximo dirigente, Arnaldo Otegi, se refugió en la solidaridad con las víctimas del atentado de Madrid y en una llamada al sosiego y a la responsabilidad para evitar la condena de lo sucedido. La falta de liderazgo en la formación abertzale, justo lo que más se necesita

INFORME: NUEVE MESES DE FALSA TREGUA

La falsa tregua de ETA se desmorona por momentos. Este sábado, un día después de la reunión entre Rajoy y Zapatero, Europa Press informa que la Guardia Civil desactivó este miércoles dos bombas caseras en las vías del tren en Tafalla (Navarra), mismo día en que Rubalcaba compareció para decir que "no hay nada relevante que contar". También este sábado se han encontrado dos zulos, uno de ellos con 60 kilos de explosivos. Estos hechos no hacen sino sumarse a la escalada de violencia que los etarras protagonizan desde que declararan "el alto el fuego". Desde las cartas de extorsión, pasando por los actos de terrorismo callejero, así como el robo de coches, matrículas y el de más de 300 pistolas en Francia, hasta el intento de quemar vivo a un policía. Mientras, Zapatero aseguraba el 29 de diciembre que "dentro de un año estaremos mejor", la banda terrorista ETA preparaba el final de la tregua. Un día después, el 30 de diciembre, hizo explosionar un coche-bomba en el aeropuerto de Barajas.

(Libertad Digital) Desde que ETA anunció el "alto el fuego permanente", Zapatero viene exigiendo al líder del principal partido de la oposición apoyo y lealtad. Pero si Rajoy estuvo expectante al inicio del llamado "proceso de paz", la reunión entre el dirigente de los socialistas vascos, Patxi López, con el líder de la ilegalizada Batasuna-ETA, Arnaldo Otegi, hizo que el presidente del PP rompiera relaciones con el Gobierno. Además, el presidente sólo se ha entrevistado dos veces con el líder del PP desde que ETA anunciara la tregua. La última, este viernes en donde Zapatero no le comunicó el hallazgo de bombas en las vías del tren de Tafalla (Navarra).

Y es que a pesar de que el presidente del Ejecutivo se comprometió a anteponer el fin de la violencia a cualquier negociación con los terroristas, no ha sido así. Claro ejemplo de ello es la reunión que mantuvo el Gobierno con ETA en un país europeo la semana pasada, mientras innumerables actos de terrorismo callejero tienen lugar en el País Vasco. El inicio de estos ataques comenzó un mes después de la declaración de la tregua por parte de ETA. El 22 de abril incendian en Barañain (Navarra) un comercio de un concejal de UPN. A partir de este momento los proetarras no han hecho sino aumentar su actividad.

Un mes después, el 22 de mayo, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, consideraba que "no son necesarios" más informes para verificar que el alto el fuego de ETA es "completo y real". Sin embargo, la violencia no hizo más que incrementarse en los meses posteriores. El punto álgido llegó cuando el 24 de septiembre Gara informa del mensaje que un día antes habían leído tres etarras encapuchados en el monte Aritxulegi, en el que se señalaba el compromiso de la banda de "seguir empuñando las armas firmemente" hasta lograr "la independencia y el socialismo en Euskal Herría". Cuando finalizaron su intervención dispararon al aire.

Pero un nuevo punto de inflexión se produjo el 25 de octubre, cuando ETA rompe su compromiso de no rearmarse. La banda roba 350 pistolas en Francia. Eso sin contar losa 45 coches que ha robado la banda. Y un mes después, varios encapuchados intentan quemar vivos a dos policías municipales en Bilbao. Aunque ésta no fue la última vez que la vida de las personas ha estado en peligro. Hace unas semanas los proetarras prendieron fuego a un autobús cuando todavía permanecían en el interior dos pasajeros. Esta semana los terroristas callejeros volvieron a quemar otro autobús.

Además, este martes dos etarras protagonizaron una fuga en el departamento francés de Gers. Según informa la agencia Vasco Press, advirtieron que había en la carretera un control policial e intentaron evitarlo. Los gendarmes trataron de cortarles el paso, momento en que uno de los terroristas los encañonó con una pistola. Después, abandonaron la Renault Kangoo en la que viajaban y secuestraron a una conductora para continuar su huida.

Antes de este hecho, la Policía francesa ya había asegurado su temor a que la banda terrorista pueda actuar en suelo galo en torno al 10 de enero de 2007 sin descartar que la acción sea en España. Ahora, tras el hallazgo de dos zulos, uno de ellos con 60 kilos de explosivos fuentes de la lucha antiterrorista han mostrado su preocupación porque supone que ETA está trasladando material de Francia a España. Este sábado también ha trascendido que la Guardia Civil desactivó el pasado miércoles dos bombas en las vías del tren de Tafalla (Navarra), el mismo día de la comparecencia de Rubalcaba en la que dijo que "no hay nada relevante que contar", y dos días antes de la reunión entre Zapatero y Rajoy, en la que el presidente del Gobierno no comunicó este dato relevante al líder del PP.

El 29 de diciembre, el presidente del Gobierno compareció en el Palacio de la Moncloa para hacer balance del 2006. Durante la rueda de prensa, Rodríguez Zapatero despidió el año refiriéndose a los asesinatos de ETA como "trágicos accidentes mortales". Sobre la negociación con los terroristas, el presidente dijo: "Dentro de un año estaremos mejor".

Un día después, el 30 de diciembre, la banda terrorista ETA dio por concluida la tregua tras explosionar una furgoneta que hirió a varias personas en el aparcamiento de la Terminal 4 del madrileño aeropuerto de Barajas. Este atentado en Barajas tiene, al menos, un precedente. En agosto de 2001, ETA hizo explosionar un coche bomba con 45 kilos de dinamita en el segundo piso del parking P2 de la terminal 2 del aeropuerto de Barajas. La deflagración dejó un agujero de 30 metros cuadrados.

2006, Recuento de la liquidación sigilosa

El proceso de paz, es decir, la componenda del Gobierno con la ETA, ha ocupado el primer plano de la escena. El propio presidente lo quiso así, despertando las expectativas de un final del terrorismo que la continuidad de los actos de violencia y de extorsión irían rebajando, al tiempo que aumentaba la sospecha, hasta convertirse en certeza, de que se trataba de una tregua pactada. La cuestión era, y sigue siendo, a cambio de qué. La respuesta, aunque incompleta, la han ido dando los hechos.

La presión sobre el poder judicial para que tuviera en cuenta las nuevas circunstancias iría in crescendo. El fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, se destapó enseguida como brazo ejecutor de los deseos de un Gobierno que no quiere pagar el precio político de abrir la puerta a la salida de los etarras de las cárceles y a la relegalización de Batasuna y pretende que ese trabajillo lo hagan otros.

El fiscal Fungairiño fue enviado a casa, no hubo quien se atreviera a encarcelar a Otegi; y éste nos dejó una frase, la frase, cuando hubo de pasar una noche entre rejas: ¿Lo sabe el fiscal general? Las peticiones de pena para De Juana Chaos, que realizó la huelga de hambre con más calorías de la historia, y para otros miembros de la mafia etarra fueron escandalosamente rebajadas.

La domesticación de fiscales otrora "indomables" constituyó uno de los espectáculos más penosos. El juez Baltasar Garzón regresó de Estados Unidos con la voluntad de poner su granito de arena en el proceso y siguió dando permisos para que los proetarras tomaran las calles del País Vasco, amén de participar en algunos de los linchamientos que requería el guión.

Batasuna, que según el Supremo es lo mismo que ETA, ha sido relegalizada de facto. Por si no hubiera quedado claro, Patxi López, secretario general del Partido Socialista vasco, lo rubricó al reunirse en julio con dirigentes de esa formación. Fue también en verano cuando vimos a unos encapuchados etarras disparar sus armas al aire durante un tristemente célebre aquelarre batasuno.

Poco después, Francia daba cuenta de que ETA había robado en su territorio 350 pistolas, y ello justo cuando llegaba al Parlamento Europeo una propuesta del PSOE para que esta institución respaldara el proceso. La internacionalización del conflicto, exigencia antigua de la ETA, salía adelante sólo con el apoyo de la mitad de la Eurocámara. Pero el mal ya estaba hecho. La madre de Joseba Pagaza, socialista asesinado por ETA, le había escrito a Patxi López: "Dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre".

Los ingresos en la cuenta etarra se harían como quien no quiere la cosa. Entre ellos, la aceptación del cambalache extraparlamentario de la "Mesa de Partidos". Y la banda no dejaba de manifestar su inequívoca voluntad de aprovechar la tregua para rearmarse.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo convocó cuatro manifestaciones de repulsa del "proceso de rendición". El éxito de las mismas fue respondido por el Gobierno con operaciones de acoso y derribo. Hubo de retirarse Peces-Barba, pero se intentó defenestrar a Alcaraz. En vano. Uno de los ataques más repugnantes fue el que tomó como blanco a un discapacitado de un pueblo de Sevilla.

Los nacionalistas vieron en el Gobierno ZP la oportunidad de oro para dar un salto espectacular en su larga marcha hacia la destrucción de España. Y no se equivocaron. Ibarretxe no había logrado colar su plan el año anterior: era demasiado evidente. Pero el nuevo estatuto catalán disimulaba un poco su naturaleza y llevaba todos los sellos, incluido el del PSC. Introducía el germen que los nacionalistas han estado incubando durante decenios: el reconocimiento de Cataluña como nación.

Tal declaración fue aprobada por el Congreso, donde se constató que, si había descontentos en el PSOE, la inmensa mayoría no estaba por arriesgar nada. Si acaso, algunos se apartaron de la escena, como Bono, lo que colocaría a Rubalcaba al frente de Interior.

La definición de Cataluña como nación fue premiada con una abstención récord en el referéndum. Pero ese revés y una larga lista de desatinos no provocarían, como se esperaba, la desaparición del Tripartito, sino su renacimiento bajo la férula del apparatchik José Montilla, valedor como ministro de Industria de la opa de Gas Natural sobre Endesa, otra de las grandes operaciones fracasadas del Gobierno.

No tuvo lugar el anunciado giro al centro de Zapatero, que hubiera implicado un cambio de Esquerra por CIU.

El factor sorpresa fue, en las elecciones de noviembre, la entrada de Ciudadanos, un nuevo partido abiertamente no nacionalista, en el Parlamento autonómico catalán. Por primera vez en mucho tiempo se oyó en aquella Cámara el español.

El culebrón estatutario catalán aceleraría una carrera identitaria entre las autonomías. El PP, que se opuso al bodrio intervencionista en Cataluña, optó por el posibilismo en Andalucía y aprobó un texto que apela a un manifiesto andalucista en donde se define a aquélla como "realidad nacional". Acosado por el Gobierno y sus socios, tildado de extrema derecha o derecha extrema, perseguido violentamente durante la campaña electoral catalana, el PP afrontó con desigual firmeza y fortuna la operación montada para excluirlo del sistema, o para crear un sistema que lo excluya.

El 2006 fue solemnemente proclamado Año de la Memoria Histórica. Se trataba de poner el broche a una campaña de instrumentalización política de la historia. Sin embargo, la ley destinada a servir de guinda del pastel no pudo aprobarse, y con dificultades, hasta finales de año. Fue otra de las operaciones que causó efectos no previstos por sus iniciadores, entre ellos la guerra de las esquelas, que se libraría en las páginas de los periódicos.

Fue también en los periódicos, bueno, en dos de ellos, El Mundo y Libertad Digital, donde siguieron publicándose revelaciones sobre la masacre del 11-M que desmontaron las piezas que componían la versión oficial. Se descubrió que se había falsificado un informe, el del ácido bórico, para eliminar cualquier referencia a ETA en relación con el 11-M, y Garzón se ocupó de empapelar a unos inocentes. No mucho después haría lo mismo el juez Del Olmo con dos policías, por hablar con periodistas de El Mundo.

El PP osciló entre la demanda de investigación y el carpetazo, recomendado por dirigentes como Gallardón. Pero surgiría una iniciativa ciudadana en torno al blog de Luis del Pino en LD. Los Peones Negros empezaron a convocar concentraciones todos los días 11 de cada mes en decenas de ciudades españolas para demandar la verdad que sigue oculta.

Si el equipo de gobierno de ZP parecía endeble en sus primeros tiempos, en 2006 quedó retratada su ineptitud. La regularización de inmigrantes, alegremente acometida, redobló el tráfico de seres humanos y produjo una marea de cayucos, además de otras riadas menos visibles. Los incendios de todos los veranos causaron en Galicia unos estragos sin precedentes, que se trataron de esconder bajo la invención de unas tramas que apuntaban, naturalmente, al PP.

"La culpa es del PP" siguió siendo el motto preferido del Gobierno. Dieron también la medida de su capacidad gestora la toma del aeropuerto del Prat por unos huelguistas, la quiebra y suspensión de actividades de Air Madrid, con miles de personas empantanadas en Navidades, y la alarma suscitada por las nuevas formas de delincuencia. En cambio, se han mostrado capaces para las artes del encubrimiento y la contraprogramación. Las operaciones de Afinsa y, sobre todo, las lanzadas contra la corrupción urbanística han servido para desviar la atención y para preparar las próximas batallas electorales.

En el año que termina hemos vuelto a comprobar que está en el poder la progresía, y una no especialmente cultivada ni dotada de originalidad, que ha importado, con décadas de retraso, los dogmas de la corrección política de los Estados Unidos. El 2006 se despertó con la Ley Antitabaco, una de las leyes intervencionistas que se irían sacando como sucedáneos de una política de izquierdas ya imposible. La enseñanza quedó lista para sentencia con una nueva ley que no corrige los vicios de la Logse e implanta una asignatura de adoctrinamiento. El envoltorio feminista del Gobierno, tras la publicitada e inútil Ley contra la Violencia de Género, se desplegaría este año en gestos como el carnaval de Maputo y en una Ley de Igualdad que se centra, como manda la nueva ortodoxia, en las cuotas. Y el rancio anticlericalismo, so capa de laicismo, volvió a asomar las orejas.

Pese a tan negativo balance, el Gobierno aguanta mal que bien en las encuestas. La realidad es una cosa, y la percepción que de ella se tenga otra. El invierno mediático ha dado sus previsibles frutos; para entenderlo, conviene leer De la noche a la mañana, el más reciente libro de Federico Jiménez Losantos, que cuenta la historia de la COPE... y muchas cosas más.

Es cierto que los sondeos muestran una desconfianza creciente, un malestar con una situación política que Rosa Díez ha calificado de "encanallada". Se barajaba, ante tanta incertidumbre, la posibilidad de un adelanto electoral. Sólo si al Gobierno no le quedara otra. En cualquier caso, como suele decirse, todo lo que está mal aún puede empeorar.

Manuscrito inédito de Rosalía de Castro

Xosé Ramón Barreiro, Presidente de la Real Academia Galega, nos enseña un inédito de Rosalía de Castro depositado en los fondos de la institución.

El presidente nos lo cuenta con una incorrección léxica 'todavía inédito' y acaba lamentando 'está en castelán'.

Uno de estos días, en un ataque de memoria histérica, declaran a Rosalía traidora.


Pena de muerte de Saddam Hussein

TODO EL MUNDO CIVILIZADO se declara contrario a la pena de muerte de Saddam Hussein por motivos morales (en relación o no con motivos religiosos). Dejo de lado ahora, por evidente, la clamorosa ausencia de esas voces cuando era el propio Saddam quien dictaba esas sentencias a muerte, o cuando las dicta el tirano favorito por secuestrar un barco para poder escapar del país. O cuando la dictan nuestros colegas de la Alianza de Civilizaciones por el mero hecho de ser gay. También me parece algo curioso que en la ilustrada Europa se esté en contra de la pena de muerte y al mismo tiempo se esté empezando a discutir como lo más avanzado del mundo la eutanasia activa -no el suicidio asistido, sino el poner fin a la vida de alguien sin su consentimiento; por ejemplo ahora mismo en el Reino Unido-. Quizás si se cambiara el nombre y se llamara eutanasia judicial en lugar de pena de muerte todo el mundo estaría a favor.

Pero como digo, dejo esto de lado porque me produce demasiada náusea.

Lo que quiero decir ahora es que me parece perfectamente lógico estar en contra de la pena de muerte, siempre que se esté en todos los casos y no sólo cuando la dictan "los malos" (los EEUU, el Iraq democrático post-Saddam) y no "los buenos" (China, Cuba, el Iraq de Saddam). Yo confieso ser ambivalente: puedo defender ambas posturas de forma argumentada, aunque al final hay una vocecita que me hace concluir que no estoy a favor.

Eso sí, no estoy en contra de la pena de muerte en casos de genocidio. No sólo como medida ejemplificadora para cualquier otro tirano que tenga la tentación de masacrar a poblaciones enteras, sino por consideraciones, digamos, prácticas. Le paso la palabra a Roger Simon:

If there is one class of person who deserves, and indeed needs to have, the death penalty, it is the mass murdering tyrant like Saddam. If given life sentences, these autocrats almost always have many adherents who devote their lives to springing the dictator so he can return to power and kill again. These die-hard adherents (we've seen plenty already in Iraq) will do this either directly via insurrection or prison break or indirectly via hostage-taking that could go on and on and result in many deaths.

La BBC admite parcialidad en varios asuntos

BBC admits: We are biased on religion and politics.

vía ynetnews

P.D: ¿Lo reconocerá también el que fuera director de informativos del franquismo Juán Luis Cebrián?

Debate sobre la posesión de armas de fuego

LA BRADY CAMPAIGN, el lobby anti-armas fundado por James Brady (que resultó gravemente herido en el atentado contra Ronald Reagan) elabora un informe anual en el que puntúa los diferentes estados de la Unión: desde un sobresaliente (una A) para aquéllos restringen en mayor medida el derecho a portar armas, hasta un suspenso (una F) para los que permiten que la gente pueda autodefenderse.

Adivinad ahora en qué estados se ha producido un mayor incremento de criminalidad. Exacto: en los que sacan mejor "nota".

vía Barcepundit

La Xunta obliga a presentar en gallego los programas de asignaturas

AMENAZA CON EXPEDIENTARLOS
Algunos docentes están contratando a traductores para cumplir esta tarea
Otros piden amparo a la Delegación provincial de Educación y a la Fiscalía

Viernes 29/12/2006 en El Mundo

La Xunta de Galicia está amenazando con expedientar a profesores por escribir en castellano la programación de sus asignaturas. En cursos anteriores, la Consejería de Educación permitía que el resumen de contenidos se elaborara indistintamente en esa lengua o en gallego.

Algunos profesores castellanohablantes han optado por contratar a traductores de gallego para esta tarea, pero otros se han negado y están pidiendo amparo a la Delegación provincial de Educación correspondiente y a la Fiscalía.

En su opinión, la decisión de la Xunta vulnera la Constitución y el artículo 314 de la Ley Orgánica 10/95, que prohíbe la discriminación por la lengua. El propio Estatuto de autonomía de la comunidad especifica en su artículo tercero que "los poderes públicos de Galicia garantizarán el uso normal y oficial de los dos idiomas".

En Galicia, los docentes de Primaria depositan en el centro el resumen detallado de su materia con los epígrafes que ésta incluirá. Los de Secundaria, en cambio, han de remitirlo a la Consellería de Educación.

Hasta la fecha, según fuentes oficiosas, en torno a un 60% de los enseñantes elaboraba esta documentación en castellano sin mayor problema. Con el nuevo curso, la ley sigue siendo la misma, pero la Xunta se ha acogido a una interpretación de la misma para presionar al profesorado que no emplea el gallego en los citados escritos.

P.D: Desde la pagina web de Coruña LIberal estamos haciendo una campaña de información para los profesores que estan viendo sus derechos pisoteados al no poder redactar las programaciones en su español. Nos llamaron desde el Mundo al ver la pagina web. Eso de descubrir que sirve para algo el pataleo me hace sentir esperanzas. Mis felicitaciones al extraordinario trabajo realizado por José Antonio. Pilar Pato

El alcalde socialista de Foz autorizó en hora y media 1.343 viviendas

El alcalde socialista de Foz autorizó en hora y media 1.343 viviendas sin contar con el informe jurídico.

La secretaria municipal advirtió al regidor de que el dictamen era imprescindible

JOSÉ PRECEDO El País - 27/12/2006

Cinco días antes de suspender las normas subsidiarias que permitieron el bum urbanístico de Foz, el alcalde socialista, José María García Rivera, otorgó en una sola tarde licencias para construir 1.343 viviendas en su municipio. Lo hizo sin contar con el preceptivo informe jurídico de la secretaria municipal, que adujo falta de tiempo para revisar todos los expedientes presentados por las promotoras. La funcionaria del Ayuntamiento comunicó entonces al regidor que ese dictamen era imprescindible para aprobar los proyectos. Un solo arquitecto ha firmado 1.092 expedientes.

La sesión extraordinaria que el alcalde de Foz, José María García Rivera, convocó cinco días antes de suspender las normas urbanísticas del municipio, duró exactamente una hora y 40 minutos. Entre las 20 y las 21.40 horas del pasado 29 de marzo, el regidor socialista y su Junta de Gobierno -en la que sólo están representados cinco ediles de su partido- aprobaron licencias para construir 1.343 viviendas en un ayuntamiento con un censo de 10.000 habitantes.

La decisión la tomó el primer edil sin contar con el dictamen jurídico que exige la Ley de Ordenación Urbanística y de Protección del Medio Rural de Galicia. En el acta de la sesión, la secretaria municipal, María Chao Carballeira, hizo constar que los permisos de obra se estaban otorgando "sin el preceptivo informe legal por no disponer del plazo de 10 días que establece la ley del Régimen jurídico de las Administraciones Públicas". La ex secretaria del Ayuntamiento de Foz confirmó ayer a este diario que el elevado número de licencias urbanísticas que el Ayuntamiento tramitó durante las semanas previas a la suspensión del planeamiento hizo imposible la redacción de ese dictamen. María Chao añadió que ya en aquel momento había advertido al alcalde de que el informe era imprescindible para otorgar los permisos. Pese a todo, aquella tarde de marzo García Rivera fue aprobando, una tras otra, todas las solicitudes de obra mayor presentadas por las constructoras.

La mayoría de los beneficiarios de los permisos son promotoras inmobiliarias con sede social en el propio municipio de Foz. La Constructora Teodoro Moreda S.L. obtuvo luz verde para edificar 478 pisos, incluído un polémico edificio con dos sótanos, cuatro plantas, y bajo cubierta que albergará 133 viviendas en el barrio de O Calvario en la salida hacia Ribadeo. Otra sociedad, Construcciones Os Molineros S.L. consiguió también respuesta afirmativa a sus planes para levantar 225 pisos y 10 apartamentos. Primera Calidad Promoción de Viviendas recibió licencia para urbanizar 155 pisos; Construcciones Rifer S.L. para 122. Todo en poco más de hora y media, cinco días antes de que el alcalde suspendiese las obsoletas normas subsidiarias que ampararon el crecimiento desorbitado del municipio, que pasó de construir 404 pisos en 2004 a consentir la edificacion de 5.750 viviendas en el último año y medio.

El portavoz del BNG en Foz anunció ayer que enviará el acta de la sesión a la Dirección Xeral de Urbanismo de la Xunta de Galicia para que tenga constancia de las irregularidades cometidas por el alcalde socialista. El concejal del Bloque Xoan Carlos González Basanta aseguró que la documentación demuestra que José María García Rivera "faltó a la verdad al afirmar que que todas las autorizaciones de las obras en su localidad "contaron con los correspondientes informes técnicos y jurídicos". Según González Basanta, ahora ya no cabe ninguna duda de que "el ayuntamiento de Foz prescindió del procedimiento legalmente establecido a la hora de adjudicar las licencias". Este diario no logró ayer contactar con el alcalde de Foz.

Un mismo arquitecto

Las inmobiliarias que obtuvieron el sí a sus urbanizaciones comparten un mismo arquitecto. De las 1.343 licencias adjudicadas el 29 de marzo, 1.092 corresponden a proyectos firmados por José Luis Eimil Trasancos. La frenética actividad de Eimil llamó incluso la atención del Colegio de Arquitectos de Galicia. Hace unas semanas, esta agrupación gremial emitía un comunicado en el que alertaba de la presión urbanística que estaba sufriendo la Mariña lucense, y sobre todo el ayuntamiento de Foz.

En su nota el Colegio Oficial pedía a la Xunta que investigue el urbanismo en la costa de Lugo y expresaba sus dudas de que Foz contase con las infraestructuras de saneamiento, agua y luz para responder al crecimiento exponencial que experimentará el municipio en los próximos tres años.

Los mitos de la Guerra Civil. I. "Republicanos y fascistas"

Un fiel reflejo de los mitos existentes sobre la Guerra Civil es la dificultad que tenemos para calificar a los contendientes. Se han usado los términos “frentepopulistas y nacionalistas”, “demócratas y fascistas”, “leales y rebeldes”, “franquistas y rojos”, etc. Pero salta a la vista que alguno de estos términos es completamente inadecuado.

Los sublevados en Julio del 36 sólo fueron rebeldes o facciosos durante unos meses (cuando carecían de Estado y parecían abocados a la derrota), pero desde octubre o noviembre, superada la rebeldía inicial, ya costituían un poder beligerante sólido, con cierto reconocimiento internacional. Tampoco eran fascistas, aunque algunos de sus rasgos superficiales y una de sus fuerzas principales –pero no la principal-, la Falange, pudiera asimilarse al fascismo.

La palabra “rojos”, asumida con orgullo por los así llamados, no identifica a los anarquistas, a los republicanos de izquierda o a los nacionalistas vascos que lucharon en el Frente Popular.

También predominan hoy los términos “republicanos y nacionales” (o “nacionalistas”). Pero, ¿era republicano un bando integrado por varias de las fuerzas más hostiles a la república desde su origen, como la CNT, los comunistas o el mismo PSOE a partir de 1934?

Al caer la república, en julio del 36, quedó maltrecho el Frente Popular, formado por revolucionarios marxistas y republicanos de izquierda, éstos en el gobierno. En septiembre del 36 se reconstituyó el nuevo Frente Popular, que logró atraerse al PNV y después a la CNT anarquista, por lo que los republicanos de izquierda pasaron del gobierno a un tercer plano.

Otro modo incorrecto de identificar a los contendientes sería el más simple de “izquierdistas y derechistas”, aunque entre los primeros combatiese el muy derechista PNV, y en los otros la Falange Española, que se proclamaba al margen de la derecha.

P.D: Coruña Liberal trae a Pío Moa el Miércoles 10

Kristallnacht (multas por rótulos en castellano)

Por Juan Granados

"No hay necesidad de dialogar con las masas, los slogans son mucho más efectivos. Éstos actúan en las personas como lo hace el alcohol". De los diarios de Joseph Goebbels

A estas alturas ya sabrán que Fruits Secs Parami, sucursal de la tradicional horchatería barcelonesa “La Valenciana” ha sufrido en sus carnes el rigor de la Agència Catalana de Consum, 600 € de multa porque “en el interior del establecimiento, hay rótulos y descripciones de los productos redactados sólo en castellano”. De nada les ha valido a sus propietarios cambiar hace ya tiempo su tradicional rótulo por otro escrito en catalán, el inspector de la Generalitat, atento como un mochuelo, no se ha dado por satisfecho y huroneando por la tienda ha dado con las pruebas del delito en vez de “ametlles” el cartelillo identificativo rezaba “almendras”, horroroso pecado, ignominiosa actitud, bien merecedora de escarmiento por parte del Big Brother catalán, así aprenderán.

Hasta este punto ha llegado ya el dislate nacionalista, tanto se les ha dado que ya lo quieren todo, aunque sea a costa de las más elementales libertades. Es así que en una ciudad todavía española, un comerciante todavía español no puede rotular la razón de sus productos en una de las lenguas oficiales del país, porque hay una ley que así lo manda, so pena de multa. ¿Qué vendrá después? ¿Se marcará a los tenderos refractarios y españolistas con estrellas amarillas? ¿Se asaltará sus negocios? ¿Habrá deportaciones en masa de malos catalanes?

Y uno que vive bastante a gusto con la historia, no puede evitar recordar la suavidad con la que empezó todo. En Galicia, por ejemplo, los nacionalistas comenzaron vendiendo amables calendarios con afectuosos slogans, por ejemplo una hermosa manzana verde con la leyenda “en galego, naturalmente”, un rojo corazón bajo el que escribían “en galego, cordialmente”, pero poco tardaron en quitarse la máscara totalitaria, en cambiar los arrumacos afectivos por aquel demoledor “¡Non fiques coa lingua de fóra!”, bastante expresivo de lo que entienden por fuera y dentro. Ahora con el poder en la mano, a caballo entre el tardo marxismo y la cosa foral, Audi oficial en ristre, poco han tardado en mostrar quienes son, quienes quieren ser y a costa de quienes quieren vivir.

Un médico español corre a reanimar a un tirano

No, no es una inocentada. Un médico español experto en cáncer ha viajado a Cuba para diagnosticar a Castro. Las incongruencias de los socialistas: ayuda sanitaria personalizada e individualizada al tirano y pública para los demás.

El director de cirugía del hospital Gregorio Marañón ha dejado sus obligaciones de funcionario –jefe de cirugía del hospital Gregorio Marañón- para emprender un viaje a Cuba y tratar al tirano responsable de cientos de miles de muertos, de asilar etarras, de mandar terroristas como el Che a Bolivia, México, Colombia, Chile, Argentina y Angola, de lucrarse con el tráfico de drogas y con la prostitución.

¿No nos decían los Saramago, García Márquez, Noam Chomski y otros cretinos que en Cuba había una sanidad de calidad para todos sin distinciones? Pues la realidad es que en cuanto Castro siente a la muerte rondándole, su camarilla llama, no a uno de los médicos que están en Bolivia y Venezuela, sino a extranjeros. Hugo Chávez le suministra un chorro de petróleo a Cuba para que sigan funcionando las máquinas –y el sobrante lo revende La Habana en el mercado internacional-, Juan José Ibarretxe le lleva inversores y ahora la Comunidad de Madrid le manda médicos privados. ¡Vaya con el socialismo!

Menudo escándalo habrían montado los progres, los rojos y la SER si este cirujano hubiese ido a Santiago de Chile a tratar a Augusto Pinochet. Le habrían linchado. Los liberados sindicales le habrían acosado en el hospital, el PSOE de la Asamblea de Madrid habría pedido su destitución...

Sin embargo, Pinochet no necesitó médicos extranjeros. He aquí otra diferencia entre ambos dictadores. Aparte de que Pinochet mató a mucha menos gente que Castro, impidió una revolución impulsada por éste y abandonó el poder después de perder un plebiscito, dejó a Chile mucho más desarrollado que Cuba. También merece la pena recordar que el general Franco murió en un hospital de la Seguridad Social y se tenía al tanto a los españoles de su enfermedad.

Para más inri, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, el abogado del Estado Manuel Lamela, concedió el permiso para que García Sabrido dejara su puesto y sus obligaciones y viajara a Cuba. Si piensa Esperanza Aguirre que con este envío de ayuda humanitaria privilegiada va a ganar votos entre los progres va dada. Prefiero la postura de la llorada Loyola de Palacio: Todos esperamos que Castro se muera cuanto antes

Por cierto, doctor José Luis García Sabrido, ¿atendería usted igual de bien a cualquier ciudadano español enfermo, que son los que le pagan el sueldo, que a este tirano?, ¿se ha pasado usted por las cárceles cubanas para observar las condiciones de los disidentes encarcelados?, ¿qué ha aprendido en los congresos a los que ha asistido en Cuba, a encarcelar al que no aplaude? ¡Gente como usted, llena de privilegios –plazas de funcionario, dinero, prestigio, mando- y sin principios morales, ayuda a construir las dictaduras!

Vía Bokabulario

P.D: En el telediario de Iñaki Gabilondo de ayer a la noche llamaban a Castro: líder, mandatario y dirigente. Mientras a Pinochet lo tildan (lógicamente) de dictador o exdictador, Castro que asesinó a más personas y durante más tiempo es un líder. Al igual que pasa con la Guerra Civil, hay asesinos buenos y malos. Franco es malo (totalmente de acuerdo) pero Largo Caballero y Santiago Carrillo son buenos asesinos. Los 276 jóvenes que mandó matar Carrillo eran unos fachas de mierda que no merecían vivir.

276 jóvenes asesinados en Paracuellos

Permalink

El lunes 4 de diciembre, El Mundo publicó en su página 43 una esquela a página completa en recuerdo a los españoles asesinados en Madrid en el otoño de 1936 bajo la responsabilidad del comunista Santiago Carrillo, el socialista Ángel Galarza y el general Miaja.

En la llamada guerra de las esquelasiniciada, como todo este penoso asunto de la Memoria Histórica, por la izquierda- ha estallado una bomba atómica: una esquela a página completa en un diario de circulación nacional. En ella aparecen los nombres de 276 menores de 21 años asesinados entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936 en el Madrid controlado por las fuerzas del progreso y de la legalidad.

Como ya he escrito en otras ocasiones, la guerra civil era un asunto olvidado hasta que la izquierda recurrió a ella para envolverse en un manto de superioridad moral. Así el PSOE trataba de esconder su pasado vinculado al pistolerismo, el terrorismo, el golpismo (en 1931, 1934 y 1981) y la corrupción, ¡y no digamos el PCE!

¿Se atrevería Almodóvar a filmar una película que narrase los asesinatos de los poumistas y los anarquistas en Barcelona a manos de los socialistas, los comunistas y los catalanistas?

Pero a Rodríguez le está saliendo el tiro por la culata. La izquierda planteó esta batalla en el campo de la propaganda y está siendo derrotada , pese a que dispone de las televisiones, de las subvenciones y de los intelectuales orgánicos. Libros antes ocultados o perdidos, como Embajador en el infierno, Los catalanes en la guerra de España, La fiel Infantería, Matanzas en el Madrid republicano, Defensa de la Hispanidad, División 250 y Madrid, de corte a checa, se han reeditado con éxito.

Y, como prueba la esquela del 4 de diciembre, hay gente dispuesta a pagar miles de euros.

Y mientras tanto, el responsable del mayor crimen –genocidio, según la doctrina Garzón- de la guerra se pasea impune gracias a las leyes de amnistía del franquismo. A Santiago Carrillo se le atribuyen más muertos que a Pinochet. Hace unos días, el tertuliano de la SER y tribuno de El País afirmó que

Para hoy tenemos muchos temas más urgentes y más importantes (...) Consolidar el sistema democrático y hacer frente a esta derecha desmelenada que por desgracia soportamos..

Este viejo chekista todavía difunde odio a sus 91 años. Y ya sabemos cómo hizo él frente a la derecha de su época juvenil. Sus obras están muy cerca de Madrid.

Tengo que leer sus nuevas memorias para ver si ha borrado los elogios de la edición anterior a varios genocidas comunistas, como el norcoreano Kim Il Sung, que mataba de hambre a su pueblo.

Vía Bokabulario