Kristallnacht (multas por rótulos en castellano)

Por Juan Granados

"No hay necesidad de dialogar con las masas, los slogans son mucho más efectivos. Éstos actúan en las personas como lo hace el alcohol". De los diarios de Joseph Goebbels

A estas alturas ya sabrán que Fruits Secs Parami, sucursal de la tradicional horchatería barcelonesa “La Valenciana” ha sufrido en sus carnes el rigor de la Agència Catalana de Consum, 600 € de multa porque “en el interior del establecimiento, hay rótulos y descripciones de los productos redactados sólo en castellano”. De nada les ha valido a sus propietarios cambiar hace ya tiempo su tradicional rótulo por otro escrito en catalán, el inspector de la Generalitat, atento como un mochuelo, no se ha dado por satisfecho y huroneando por la tienda ha dado con las pruebas del delito en vez de “ametlles” el cartelillo identificativo rezaba “almendras”, horroroso pecado, ignominiosa actitud, bien merecedora de escarmiento por parte del Big Brother catalán, así aprenderán.

Hasta este punto ha llegado ya el dislate nacionalista, tanto se les ha dado que ya lo quieren todo, aunque sea a costa de las más elementales libertades. Es así que en una ciudad todavía española, un comerciante todavía español no puede rotular la razón de sus productos en una de las lenguas oficiales del país, porque hay una ley que así lo manda, so pena de multa. ¿Qué vendrá después? ¿Se marcará a los tenderos refractarios y españolistas con estrellas amarillas? ¿Se asaltará sus negocios? ¿Habrá deportaciones en masa de malos catalanes?

Y uno que vive bastante a gusto con la historia, no puede evitar recordar la suavidad con la que empezó todo. En Galicia, por ejemplo, los nacionalistas comenzaron vendiendo amables calendarios con afectuosos slogans, por ejemplo una hermosa manzana verde con la leyenda “en galego, naturalmente”, un rojo corazón bajo el que escribían “en galego, cordialmente”, pero poco tardaron en quitarse la máscara totalitaria, en cambiar los arrumacos afectivos por aquel demoledor “¡Non fiques coa lingua de fóra!”, bastante expresivo de lo que entienden por fuera y dentro. Ahora con el poder en la mano, a caballo entre el tardo marxismo y la cosa foral, Audi oficial en ristre, poco han tardado en mostrar quienes son, quienes quieren ser y a costa de quienes quieren vivir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy catalán y amo a mi tierra, pero también soy castellano-parlante y no es culpa mía. Siempre he estado dispuesto a integrarme totalmente en la cultura catalana, pero esto llega demasiado lejos. Me parece denigrante,humillante y subversivo. No hay que olvidar que estamos en democracia y la palabra "livertad" es esencial.

Anónimo dijo...

Soy catalán y amo a mi tierra, pero también soy castellano-parlante y no es culpa mía. Siempre he estado dispuesto a integrarme totalmente en la cultura catalana, pero esto llega demasiado lejos. Me parece denigrante,humillante y subversivo. No hay que olvidar que estamos en democracia y la palabra "libertad" es esencial.