Madera de Zapatero. Retrato de un presidente

No leer a Santiago González es perderse artículos brillantes, simpáticos y razonados. El de hoy: ABC. 'Madera de Zapatero. Retrato de un presidente' y es el último libro del benemérito polígrafo Suso de Toro. El libro se gestó de manera 'casual': "Pásate por Moncloa, nos tomamos unas cervezas -¿birras?- y hablamos".

El diario de Vocento en Madrid incluía un despiece con cuatro perlas extraordinarias. La más impresionante de ellas es el relato de su último encuentro con su madre moribunda. No hay, si ustedes se fijan, ilación entre las dos frases del testimonio. Vayamos a la primera:
La parte más íntima de su cariño la volcó en mí.
¿Qué será la parte más íntima del cariño de una madre? La más externa podría ser el tatuaje canónico en brazo de legionario: "Amor de madre". Demos por bueno en todo caso que el pequeño José Luis era el ojito derecho de doña Purificación Zapatero. Pero no se ve la relación con la frase siguiente:
La última frase que le dije fue: "¿Mamá, crees que voy a ser presidente?"
Había otras maneras más airosas (y lógicas) de rematar la redacción, José Luis, después del vuelco del cariño materno. Por ejemplo:
Ya en su lecho de muerte, me dijo: "Hijo, tú serás presidente."

También tendría un pasar que él hiciera una última promesa:
"Mamá, cumpliré tu sueño. Voy a ser presidente."
Pero esas preguntas sobre el propio futuro a una madre en trance tan irrepetible, revela un egocentrismo preocupante. Eso sin contar con que uno se arriesga a que su propia madre le responda:
"Sí, hombre, para adivinanzas estoy yo ahora".

Otro tanto cabría decir sobre su confesión acerca de sus hijas. Aparte del dudoso criterio pedagógico que se desprende de la expresión, esta contiene una incongruencia intrínseca: Rendirse ante cualquier cosa positiva que hagan las niñas (ante la obra bien hecha) es incompatible con rendirse antes de empezar. Extraordinario misterio plantea su relación con el abuelo paterno: ¿Qué es lo que no había intelectualizado? No está claro, pero, en cualquier caso, ¿cómo se intelectualizará un fusilamiento? ¿Cómo se intelectualiza a un abuelo?

Lo de la luz de Sonsoles, en cambio, tiene menos misterio:
«La primera vez que vi a Sonsoles con ese chubasquero amarillo, El País en la mano, en el hall de la facultad, cuando la vi y la miré a la cara, dije: 'Tengo que hacer lo que sea. Tuve mucho trabajo, mucha competencia, porque Sonsoles es una mujer guapa [¡e inteligente, claro!]. Entonces supe que lo que debía hacer era invitarle a un proyecto vital compartido».
Eran los reflejos del chubasquero amarillo con que nos la había descrito en su primer encuentro en el hall de la facultad, en aquella memorable entrevista de Marie Claire. Puede que, por entonces, aún fuesen los destellos de El País.

PD: Tras leer este brevísimo anticipo, he amenazado de muerte a mi librero para que me consiga un ejemplar cuanto antes.

3 comentarios:

Andrés Álvarez dijo...

Desde luego si es así cotidianamente, no me extraña que sea presidente de la forma que todos conocemos...Un saludo.

Anónimo dijo...

Eso de proyecto vital compartido suena, lisa y llanamente, a "tengo que follármela como sea". Es una concepción progresista de redistribución de la riqueza de los fluidos naturales mediante la socialización de los mismos a través del estímulo que la idea produce en el individuo ante la imagen del chubasquero y/o del diario El Pais, siendo receptora primera y residual (por ser un subproducto acompañante del chubasquero y de la prensa), Sonsoles.
Pero esto es solo una bufonada de un drama superior que corona en la cúspide, llena de sangre, corrupción y mentiras.

Movimiento Argenlibre dijo...

Saludos del Movimiento Liberal Progresista Argenlibre

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