El Mundo contra las mentiras de Marruecos

Ceuta y Melilla nunca fueron marroquíes
La escalada de protestas y amenazas con que el Gobierno marroquí y la prensa vecina están respondiendo a la visita prevista por los Reyes a Ceuta y Melilla parte de una falacia fundamental: el cuestionamiento de la españolidad de nuestras ciudades autónomas. Ceuta y Melilla son parte de España varios siglos antes de que Marruecos se constituyera como Estado en 1956. Ceuta es española al menos desde su retrocesión por Portugal en el Tratado de Lisboa de 1668 y Melilla desde 1497. La soberanía española de Ceuta y Melilla es indiscutible e innegociable, por más que Marruecos haya hecho de la reivindicación de ambas plazas un dosificador de tensión, bien para encarar las negociaciones sobre pesca, inmigración o lucha contra el narcotráfico; bien para condicionar nuestra tradicional neutralidad en el conflicto del Sáhara; o bien para solventar situaciones internas de crisis con alharacas patrióticas de corte expansionista en torno a -según ellos- sus territorios «ocupados».

La 'Marcha Verde' fue una invasión
La coincidencia entre la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla y el 32º aniversario de la Marcha Verde sobre el Sáhara ha sido valorada por Marruecos como una prueba de la «intencionalidad provocativa» del viaje. El aniversario de la Marcha Verde podría constituir en todo caso un agravio para España, dado que fue Marruecos quien invadió nuestra ex colonia. Marruecos convierte la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla en una ofensa nacional para nutrir sus anhelos anexionistas. Es intolerable que el Parlamento marroquí convoque y aliente protestas frente a nuestra embajada en Rabat; o que se llame al boicot de productos españoles; o que un diputado islamista haya animado a hacer otra Marcha Verde sobre Ceuta y Melilla.

En España los jueces son independientes
El Reino alauí considera una «provocación» el trato dispensado a los chabolistas marroquíes de la Cañada Real en Madrid. Tal vez ha sido el propio Gobierno español quien ha confundido a Rabat, al culpar a la administración del PP de los disturbios entre la policía y los vecinos. Marruecos debe tener claro que el desalojo fue decretado en un auto judicial, que en España los magistrados son independientes y que, en definitiva, este asunto no puede formar parte de la política bilateral. El régimen de Rabat está muy molesto también por la iniciativa de Garzón de declararse competente para investigar a dignatarios marroquíes por un supuesto genocidio en el Sáhara. Más allá del afán de protagonismo del juez, Garzón sólo ha podido moverse dentro los márgenes del Derecho Internacional.

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1 comentario:

Así está Murcia dijo...

¿Por qué tiene que dar España explicaciones a nadie?Y creo que Marruecos, no es precisamente el mejor ejemplo de democracia, cuando lo que sí está invadido es el Sahara.

Estoy esperando una respuesta contundente de nuestro Gobierno, en vez de la comprensión de Moratinos.

Es impactante que sea el Parlamento el que alienta las protestas.