Nuestra asociación promueve la libertad e igualdad de todos los ciudadanos, cualquiera que sea su lengua oficial de preferencia, para lo que es necesario derogar toda la legislación lingüística, pues toda intervención de los poderes públicos en esa libertad es una perturbación injustificada y contraproducente. Las lenguas no son "propias" de nadie, y menos de un ente público, sino de todos los hablantes. No pueden imponerse ni prohibirse.
La Mesa por la libertad lingüística es una de las asociaciones surgidas de la iniciativa ciudadana Tan gallego como el gallego, que se opuso al decreto falsamente llamado del 50 % -un engaño que ha durado hasta que los padres han comprobado que todos o casi todos los libros de texto están en una sola lengua: la declarada obligatoria por la Consellería de educación-.
Como otras asociaciones, hemos pedido al Tribunal Superior de Justicia la declaración de nulidad de ese decreto, entre otros motivos por prohibir a los alumnos el uso del español en todas las clases de materias troncales, y en no menos de 2/3 del horario lectivo, y, tendencialmente, en toda la vida escolar.
En la enseñanza, como en el resto de la vida social, defendemos la libertad de los docentes para impartir clase en la lengua oficial que consideren oportuna en atención a las necesidades pedagógicas de sus alumnos y a su propia eficacia docente. Sabemos que un docente forzado a impartir clase en una lengua en la que sea menos hábil, perjudica a todos sus alumnos. Éstos deben ser enteramente libres para hablar o escribir en la lengua de su preferencia, sin discriminación, coacción o persuasión de ningún tipo, y, por supuesto, para utilizar libros y material docente en cualquiera de las dos lenguas oficiales, o en ambas. Eso, y no un arbitrario reparto por decreto, es la libertad y la igualdad.
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