¿Qué es el aborto por nacimiento parcial?

Hay noticias que me producen escalofríos, por lo que no puedo evitar comentarlas: algunos médicos en EEUU (para evitar la prohibición del aborto por nacimiento parcial) suministran al bebé nonato dosis letales de medicina antes de darle a luz parcialmente para completar el aborto. Vamos, los tratan igual que a los 400 ejecutados ya en Texas (pero, ¿realmente entienden los cristianos el mensaje de amor del Nuevo Testamento?).

Como no sabía qué era eso del aborto por nacimiento parcial, me puse a investigar y me enteré de que consiste en extraer parcialmente al bebé del vientre materno, tirando de sus piernas y dejando su cabeza dentro. Entonces se le perfora la base del cráneo, se le inserta un catéter por ese orificio y se le succiona al nonato el cerebro hasta que sufre un colapso. Ya muerto el bebé, se le retira por completo del vientre de su madre. Esta técnica, se emplea normalmente a partir del quinto mes de embarazo, ya que es una manera más fácil de sacar la cabeza del bebé.

Entonces es cuando ya no puedo más: os suplico que veais los videos de Abort73, y en primer lugar, éste. Sí son horribles, espeluznantes, espantosos, son como los videos de las matanzas nazis en Auschwitz, pero quizás sirvan para comprender qué es un aborto. Si todos los que estamos en contra del aborto (o incluso los que dudan) divulgásemos esta información, la gente tendría argumentos de las dos posturas y podría decidir libremente si se trata de un derecho de la madre o si realmente tanto la madre como el feto tienen derecho a la vida. Pero, ¿realmente tiene más derecho a vivir un bebé prematuro de 7 meses que un feto nonato de 8? Como nos recuerda Albert Esplugas, la pregunta acerca de cuándo comienza la vida humana debe responderla la ciencia, pero la impresión que dan los medios de comunicación es que hay consenso cinetífico en este tema (como en que la culpa del cambio climático es del CO2…), pero no es así. La profesora Dianne N. Irving afirma que: “el ser humano empieza con el zigoto, resultado de la “fusión” de un óvulo y un espermatozoide. El embriólogo Keith L. Moore: “Un embrión, un nuevo ser humano, viene a la vida cuando un zigoto es producido en la fertilización por la combinación de un espermatozoide y un óvulo”. El zigoto unicelular, en el día 1 de la concepción, es ya un organismo único de la especie homo sapiens, con sus 46 cromosomas definitorios. Gonzalo de Miranda, catedrático de bioética, explica que un ser vivo es aquél que ha iniciado su ciclo vital y aún no lo ha terminado, y cuyas partes forman un todo. Tal es la realidad del embrión. Inmediatamente después de ser concebido empieza a producir enzimas y proteínas humanas y a dirigir su propio crecimiento y desarrollo. Se trata de un ser humano, “una nueva, genéticamente única, recién creada, vida humana individual”.

Además es necesario que rebatamos planteamientos pro-abortistas como que el embrión es meramente una masa de células, simple tejido, o que sólo es un ser humano “potencial” o “posible”. El embrión es desde el primer momento un ser humano definido genéticamente y con capacidad para auto-desarrollarse. No es vida humana en el sentido que puede serlo cualquier célula o masa de células de una persona; se trata de un nuevo individuo. En este contexto, es radicalmente falaz comparar la destrucción de un embrión con la destrucción de un espermatozoide o un óvulo. En ocasiones se aduce que, del mismo modo que un embrión deviene en lo que ahora somos, un espermatozoide y un óvulo pueden engendrar un embrión, y así la interrupción del proceso evolutivo del embrión es análoga a la destrucción de espermatozoides y óvulos (por ejemplo, mediante el uso del preservativo). Pero se pasa por alto que el espermatozoide y el óvulo por separado no son seres humanos, no poseen los 46 cromosomas del nuevo organismo ni tienen capacidad para auto-desarrollarse como tal. Un embrión, en cambio, es un ser humano de facto. Espermatozoide y óvulo pueden llegar a serlo si se “fusionan”, pero mientras no se produzca la fecundación son simples espermatozoides y óvulos.

Antes de disertar acerca del momento en el que empiezan los derechos de un ser humano es muy necesario especificar de qué derechos estamos hablando. Si se afirma que la persona es portadora de todos los derechos individuales, y la persona surge cuando lo hace el ser humano, entonces desde el día 1 el nuevo ser poseería todos los derechos individuales. Eso significaría, por ejemplo, que un niño de cuatro años tendría exactamente la misma libertad, los mismos derechos, que un adulto de cuarenta años. No parece razonable esta propuesta desde una perspectiva liberal, puesto que la libertad está vinculada a la conciencia, a la capacidad de elegir, y a la responsabilidad. Aquellos individuos con una conciencia (o capacidad efectiva de elección, o autonomía moral...) reducida (niños, disminuidos psíquicos, enfermos mentales...) son menos responsables. Parece lógico que los “poco-conscientes” estén sujetos a cierta tutela por parte de terceros, y que en consecuencia posean unos derechos individuales más limitados. ¿O es que un chico de seis años tiene el mismo derecho que su padre a crear una empresa o a comprar tabaco? Así es que la libertad se adquiriría de manera progresiva, conforme evolucionara la conciencia, la autonomía moral del individuo. Lo que los pro-vida debemos especificar es que la persona primigenia (el embrión unicelular) no debe poseer todos los derechos individuales (o al menos no de manera efectiva), pero sí el principal, el que precede a todos los demás: el derecho a la vida.

¿Y cuál es la situación en España? En España vamos a superar los 100.000 abortos anuales. Destaca el aumento considerable de abortos entre las menores de 20 años y entre las inmigrantes, pero aún más su desinformación. El 70.9% de estas jóvenes (25.914 en 2005) no habían pasado por centros o servicios de salud para recibir consejos o control sobre métodos anticonceptivos en los dos años anteriores a su embarazo. Lo malo es que ese porcentaje se mantiene casi invariable desde 1991. El Instituto de Política Familiar aporta algunas consideraciones escalofriantes: España es el país donde más se ha incrementado el número de abortos desde 1985, año en el que se legalizó y en el que se produjeron 9 interrupciones. Ya se habrían producido en estos años en España un total de 1.117.000 abortos. Se practican actualmente 266 abortos al día, uno cada 5,4 minutos. En 2010, de seguir a este ritmo, uno de cada cinco embarazos acabará en aborto...

Además el Ministerio no quiere hacer una distinción entre los abortos realizados por riesgo para la salud física de la madre y los producidos por riesgo para su salud psíquica, cuando estos últimos representan la práctica totalidad (el 96,7%) de los abortos totales.

Ya para acabar os recomiendo el documental de National Geographic “En el vientre materno”. Basado en ecografías en tres y cuatro dimensiones, ya disponibles en hospitales pero jamás mostradas en televisión, podemos ver el momento de la concepción, el desarrollo del cerebro y cómo comienza a latir espontáneamente el corazón. También, cómo un feto de 11 semanas se golpea a sí mismo, o que a las 24 semanas ya abre y cierra los ojos, saca la lengua y tiene su primer ataque de hipo. Ya en su último trimestre, vemos su habilidad para percibir sonidos, cómo sueña... Podeis ver un trailer aquí.