El PSOE quiere acallar a Conthe

Editorial El Mundo

El Gobierno no se conforma con haberse llevado por delante al presidente de la CNMV al dejarle solo en su intento por regular conforme a ley la compra de Endesa; además quiere impedirle hablar. En su dimisión, anunciada el lunes, Conthe se remitía a una inmediata comparecencia en el Congreso para explicar los motivos de su renuncia. Pues bien, el partido del Gobierno está haciendo todo lo posible para impedirla. Desde el PSOE se argumenta que, dado que el Ejecutivo es el responsable de su nombramiento, es a él a quien debe dirigirse para dejar el cargo; pero cabe recordar que es el Parlamento el que controla a la CNMV. El asunto requiere sin duda la atención de los diputados. Lo que subyace es la venta de la primera eléctrica del país, el vuelco en un sector estratégico y una operación de varias decenas de miles de millones de euros.

No estamos ante un debate reglamentario que merezca demasiados razonamientos técnicos. Asistimos a un hecho meridiano e insólito: de un lado, hay un funcionario que quiere dar cuenta de una decisión ante el órgano de la soberanía popular, con luz y taquígrafos; enfrente, está el PSOE, que trata de impedir su comparecencia. Su actitud es lo más contrario a la transparencia -que toda Administración debe alentar- y llama la atención que quien así actúa sea una formación cuyo líder ha hecho bandera de su intención de convertir el Parlamento en el centro de la vida política.

Este pulso revela que las cosas se han hecho rematadamente mal en el caso de Endesa. A un Gobierno serio debería sonrojarle que el presidente de una compañía como E.ON afirme en público que la operación que ha alentado el poder político le parece «ilegal», que él «siempre ha jugado limpio» -en alusión antagónica a sus competidores-, pero que se conforma con lo que le queda del pastel. No se puede retratar mejor la situación, propia de una república bananera, en la que los principios y la legalidad son instrumentos para manejar según convenga. La prensa internacional ya se ha hecho eco del caso y no deja en buen lugar a España.

Manuel Conthe ha decidido que no consumará su dimisión hasta que le permitan explicarse, lo que deja en situación de interinidad al órgano regulador. Zapatero tiene ahora la pelota en su tejado. ¿Optará por taparle la boca? A Conthe ya hay quien le ha pedido omertá, que «su último servicio al Gobierno que le nombró» sea el de irse sin hacer ruido. Pero precisamente lo que hay que pedirle no es que sirva al Gobierno, sino al Estado, no a intereses de partido, sino al interés general.

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