Si usted es ecologista, o uno de sus amigos, o sigue sus consignas, o simplemente le suenan bien los eslóganes de los supuestos defensores del medioambiente, es probable que haya caído en la tentación de apagar las luces de su casa durante cinco minutos para, tal como han propuesto las organizaciones verdes y alguna que otra ministra, "salvar el planeta". En ese caso, mi recomendación es que ahora se retrepe en la butaca y eche un vistazo a este libro: así se dará cuenta de la estupidez que acaba de cometer.
[…] 222 cuestiones sobre energía servirá para que el lector, al menos, se plantee el reto de saber más acerca de la milenaria búsqueda del hombre de una fuente de luz y calor. Para entender realmente cómo funciona un sistema energético hay que conocer algunas claves de la física, de la química, de la economía, de la ingeniería y de
Es necesario aprender que no existe escasez de energía en el planeta. Es cierto que algunos modelos energéticos están en franca crisis, y a otros se les augura un futuro difícil. Es cierto que los combustibles fósiles son un recurso finito y que, desde el punto de vista económico, los recursos energéticos son bienes escasos. Pero no lo es menos que la única solución reside, precisamente, en el aumento de la inversión en la investigación y el desarrollo de nuevas energías y en la potenciación de las que han probado su eficacia, como la nuclear.
Contra la escasez, en lugar de ahogar el consumo con medidas políticas y ecológicas que sólo penalizan al usuario final, se requiere invertir valientemente en el desarrollo de los modelos y empresas que tienen la llave de la extracción y gestión de los recursos.
Es necesario aprender que existe una relación directa entre el aumento del consumo de energía y el bienestar de las naciones. Que, por ende, también existe una relación directa entre la prosperidad energética y el aumento de los recursos dedicados a la protección del medioambiente. Que sólo los pueblos que tienen garantizados el agua caliente, la calefacción y el transporte pueden dedicarse a cuidar su entorno, su fauna salvaje, su flora y su aire.
Es necesario saber que no existe una alternativa mejor para combatir los efectos contaminantes de la energía de combustibles fósiles que las centrales nucleares, y que éstas, gestionadas con sabiduría, viajan hacia un futuro más seguro, fiable y eficaz. Es necesario saber que el problema de los residuos se resuelve con más facilidad si se mejora la eficacia energética de las centrales productoras que si se las condena a una lenta muerte por inanición. Es necesario saber cómo se mide, define y gestiona el riesgo de cualquier actividad humana, y compararlo con los riesgos de la generación de energía, para poder juzgar en qué entorno de daños nos movemos…
Hay que atreverse a saber, sí. Y este libro puede ser un buen punto de partida. El sapere aude nos viene hoy que ni pintado. En el día del apagón, si me permite usted el modesto consejo, encienda una luz y lea un libro como éste.
VVAA: 222 CUESTIONES SOBRE ENERGÍA. Foro Nuclear (2007), 280 páginas. Pinche aquí para descargárselo gratuitamente.
Por Jorge Alcalde en Libertad Digital
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