La madurez del Estado Autonómico

Actualmente en España, se están produciendo dos hechos incuestionables: primero, nos encontramos ante un nuevo proceso constituyente. Estemos o no de acuerdo con esta reforma constitucional encubierta, lo cierto es que la aprobación de 3 nuevos Estatutos de Autonomía (con 4 más en trámite parlamentario, y otros tantos en camino dentro del programa de gobierno de las Comunidades) no deja lugar a dudas del cambio que se está provocando. En la configuración del Estado Autonómico, y en segundo lugar, desde ámbitos académicos, periodísticos y políticos (en especial, éstos) se ha alentado este cambio bajo la consigna de alcanzar un ESTADO FEDERAL; es decir, en este país se considera el federalismo como objetivo último de las Autonomías.

Y esto, no lo puede evitar, me trae de cabeza ¿Habrá leído algún político en España un libro sobre el federalismo?¿Realmente conocen (mejor aún, conocemos, porque yo soy el primero) qué significa un estado federal?

En realidad es sencillo. Como todo en la vida, lo mejor es acudir a ejemplos prácticos. Y, ni más ni menos, que las dos potencias económicas del mundo, Estados Unidos y Alemania, se definen en sus Constituciones como estados federales. Curiosamente, estos dos ejemplos difieren mucho del federalismo que tanta trascendencia tiene en España. Casi siempre que oigáis este término, estará asociado inevitablemente a una nueva transferencia de competencias a las Comunidades, o un nuevo sistema de financiación. En cambio, en Estados Unidos se considera (sin ningún artículo constitucional que lo ordene) que las competencias que implican condiciones de vida básicas las debe tener el Estado; algunas incluso ceden sus competencias sino pueden asumirlas. En Alemania, la última reforma del sistema federal consistió en que los länder (sus CC AA) perdían el derecho a veto y cedían competencias que no podían costear o que su servicio no era eficaz al Estado, a cambio de la configuración del Senado como una Cámara de decisión territorial y la transferencia de otras competencias.

Parto de la base de que el Estado Autonómico no es mejor ni peor que estos estados. Es, simplemente, diferente. Es lo que nosotros votamos en el 178 y así configuramos nuestro país. Por eso, cuando oigo hablar de federalismo, a menudo pienso que es un brindis al sol o una coartada de los políticos autonómicos para dejarnos un estado cada vez menos fuerte. Y si yo estoy equivocado (puede ser), ¿es nuestro “sistema federal” lo suficientemente maduro, como los países mencionados, como para que las autonomías reconozcan que no pueden asumir determinadas competencias y devolverlas al Estado para beneficio de sus ciudadanos?...me da a mí que no.

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