Crónica de la manifestación del 25-11-2006

La verdad, es que hacía tiempo que no asistía a una manifestación tan multitudinaria. Fui en el autobús 29 de la EMT hasta la Plaza de Salamanca y ya en el autobús había bastantes personas que se dirigían a la manifestación, con sus banderas y pancartas; desde la citada plaza, a la que llegué una media hora antes del comienzo de la manifestación, bajé por Ortega y Gasset (cuando yo era niño se llamaba Lista) hasta la calle Velázquez y giré a la izquierda en dirección a la Puerta de Alcalá. Pues bien, ya a esta altura de la calle empezaban las aglomeraciones de personas que se dirigían a la cabecera. La verdad es que, conforme iba bajando en dirección Alcalá, y ya bastante antes, en Goya esquina Velázquez, el gentío era impresionante. Personas de todo tipo y condición; familias con niños; gente mayor; gente joven; grupos de personas que, si no las veo allí, hubiese jurado que eran de la “alianza de civilizaciones”; la gente está hasta los huevos, con perdón, de este Gobierno sectario y prepotente. Y sobre todo un gran cariño y solidaridad con los que, sin duda, son el referente moral de nuestra España y Libertad: las víctimas del terrorismo.

Las pancartas que recuerdo son las relativas a la necesidad de conocer la verdad del 11-M; las opuestas a la negociación de la banda terrorista ETA con los “gorrinos” (que es como los terroristas de la ETA denominan al PSOE y al Gobierno); las que calificaban con diversos adjetivos al impresentable Rodríguez Zapatero; las que recordaban el sectarismo infame y la sesgada y memoria histórica del mismo Rodríguez (abuelito...), etc.

Las frases que más se corearon fueron del siguiente tenor: “Zapatero embustero”, “Zapatero majadero”, etc., y, sobre todo, “España, España”.

Es también muy gratificante como, a diferencia de lo que se puede calificar como piaras de la izquierda sectaria, en cuyas manifestaciones abundan las agresiones de todo tipo, recordemos las que se produjeron contra la sedes del PP, que nunca fueron condenadas por Zapo, pese habérselo pedido ingenuamente, en mi opinión, Rajoy en el Parlamento, en las manifestaciones de los liberales y/o conservadores la gente es pacífica y educada, siempre mantienen el orden y la corrección, siguiéndose por supuesto este principio en la manifestación de la tarde de autos.

Yo no sé si hubo un millón y medio, un millón trescientos mil, un millón, u ochocientos mil manifestantes; de lo que si puedo dar fe, porque yo estuve allí, es que la calle Velázquez y las aceras estaban absolutamente abarrotadas, como también lo estaban las calles aledañas. En este sentido, una referencia visual importante es que la calle Velázquez tiene cuestas arriba y abajo, con lo que, cuando llegabas a la parte alta de la calle y mirabas hacia atrás, contemplabas la panorámica abarrotada de la calle. Además tenían mucho mérito las personas que asistieron, sobre todo las personas mayores, muchas de ellas con algún tipo de minusvalía, ya que, aproximadamente a la mitad de la manifestación empezó a llover, cada vez con más fuerza, pero ello no desanimó en ningún momento a los manifestantes, que con una gran fortaleza moral (la que mo tienen los pepiños del PSOE) arroparon con más fuerza si cabe a las víctimas del terrorismo, insisto, el referente moral de nuestra por otro lado bastante hipócrita sociedad.

Es una absoluta vergüenza lo que este Gobierno de pesadilla está haciendo a las víctimas del terrorismo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Allí estuvimos también, con las víctimas, como debe ser y no como 'otros' que tan a gusto se les ve con sus amiguitos asesinos.

Memoria, Dignidad y Justicia.