Fidel Pinochet (Molares do Val)

Rafael Estrella, el portavoz del PSOE en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, rechazó el paralelismo que el ministro José Bono estableció entre las tiranías de Fidel Castro y la de Augusto Pinochet porque “Castro ha consolidado una cierta legitimidad en la medida en que el régimen autoritario ha obtenido refrendos por distintos procedimientos”.
He aquí una justificación relativista y fascista: si se la aplicáramos a Franco concluiríamos que estaba más legitimado aún que Fidel, porque se sometió a refrendos con papeletas y urnas, en 1947 y en 1966, algo que nunca hizo el cubano.
Bono había comparado a ambos dictadores latinoamericanos en Caracas para realzar a Hugo Chávez porque, dijo, no era un tirano como ellos: otra de las incontinencias verbales bononianas, dado el talante autoritario del exgolpista y espadón venezolano.
Incontinencia verbal seguida de otra: haciendo como que se equivocaba, afirmó que quienes homenajearon a la Constitución en la Puerta del Sol de Madrid habían estado en otro lugar a un kilómetro de distancia, la Plaza de Oriente, donde Franco congregaba a los suyos: entre ellos al padre falangista del ministro.
Dada la irritación de Fidel tras la comparación con Pinochet, Bono rectificó. Fidel ha denunciado ahora el “falso socialismo” del PSOE porque una dirigente, Trinidad Jiménez, pidió que su régimen no organizara "actos de repudio" contra el socialdemócrata cubano Manuel Cuesta Morúa: es decir, Jiménez había solicitado que los matones del régimen no siguieran hostigando ni aterrorizando a Morúa; pero la respuesta del compañero Fidel fue violenta y destemplada y, como Bono, Trinidad Jiménez se calló.
Lo cierto es que Fidel insulta porque nadie le dice directamente la verdad sin echarse atrás: que ha asesinado a más cubanos que Pinochet a chilenos; que lleva más años de dictadura y más empobrecedora, que Franco y que Pinochet --quien abandonó el poder voluntariamente a los quince años de su golpe de estado--, y que, como denunciaron 18 expresos políticos de Franco en una carta abierta al mundo, es igual de implacable que él.