Irlanda y el no al Tratado de Lisboa (Francisco Cabrillo)

Primero se intentó que los Estados miembros de la Unión aprobaran un proyecto de Tratado Constitucional. [...] Todo el proceso supuso, sin duda, un gran fracaso. Pero no un fracaso de Europa –como se repitió una y otra vez entonces– sino para sus políticos y su burocracia, que es algo bastante diferente. Estos tenían que buscar una salida. Y la encontraron en un texto algo más modesto, que contiene lo esencial del documento al que los franceses y holandeses dijeron no. Pero lo más interesante es que nuestros gobernantes decidieron que preguntar a la gente resulta muy peligroso ya que, a lo mejor, los votantes no se dejan convencer y no obedecen. Los políticos hicieron público entonces lo que ya muchos europeos sospechábamos: que nuestra opinión tiene muy poco valor si no coincide con la suya. Y acordaron que ellos mismos decidirían qué es lo más conveniente en cada momento. En lo que al nuevo tratado se refiere se pasó a la ratificación en los parlamentos, donde es más fácil llegar a acuerdos internos y la voz de la calle llega muy apagada. Sólo falló un pequeño país, Irlanda, cuyo Tribunal Supremo dejó claro en su día que los cambios legales con relevancia constitucional deben ser sometidos a referéndum. Y los irlandeses han dicho no ...sigue en LD

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