Rubalcaba: Señor Rajoy, repita conmigo: "ETA no ha sido".

Dice Santiago González: No hace falta comentar las zafiedades más obvias de Pepe Blanco, aunque sí fue llamativo el fin de fiesta con el que Gabilondo remató su editorial en La Cuatro. Después de adentrarse en una metáfora geométrica sobre un triángulo escaleno formado por El Mundo, la Cope y el PP, el bueno de Iñaki endureció el gesto y soltó una frase que haría palidecer de envidia al mismísimo Fernández Bermejo: "Los españoles se han quedado con su cara."

Vayamos a terrenos menos arriscados. Rubalcaba invitaba irónicamente al jefe de la oposición: A ver, señor Rajoy, repita conmigo: "ETA no ha sido".

Rajoy debería aceptar la invitación. No es tan difícil. El ministro del Interior lo ha dicho unas cuantas veces durante el proceso de paz que tenía bases sólidas. A lo largo de la tregua, ETA y su terminal callejera cometieron algunos desmanes que el equipo del señor Rubalcaba sancionaba con un exculpatorio: "ETA no ha sido".
El 5 de abril de 2006, el ministro del Interior (todavía José Antonio Alonso) entregó al presidente del Gobierno el primer informe de verificación del alto el fuego. El presidente de la patronal navarra, José Manuel Ayesa, denunció aquellos días que las cartas de extorsión seguían llegando a empresarios navarros. Ayesa fue puesto en solfa por los socialistas vascos que también sostenían "ETA no ha sido". El 18 de abril, Rubalcaba había enviado al presidente el segundo informe de verificación, en el que se afirmaba que "el alto el fuego es real" y que las cartas de extorsión eran anteriores al anuncio de la tregua del 22 de marzo. (Las cartas tenían matasellos del 5 de abril, fecha del primer informe).
Al mes justo de declarada la tregua incendiaron la ferretería del teniente de alcalde de Barañáin.
José Antonio Mendive; al igual que Acebes el 13 de marzo de 2004, el ministerio que ya ocupaba Rubalcaba y su partido no descartaban del todo una autoría alternativa, un ajuste de cuentas, teoría que había expuesto públicamente Patxi Zabaleta. ETA no ha sido. Rubalcaba dijo que acciones como esa, si se confirmaba que era un acto de 'kale borroka', eran "incompatibles con el proceso de paz", frase tan enigmática como el "asumo toda la responsabilidad" de Zapatero.
El "ellos no han sido" es el lema del proceso de paz. Cuando las evidencias se caían de maduras, (tiros en Aritxulegi, secuestro de tres personas y robo de 350 pistolas en Francia), salía el ministro a repetir "esto es incompatible con el proceso de paz".
Así llegamos al 30-D en Barajas, en que se cambió el "ellos no han sido" por "ha sido sin querer". (Los 'accidentes' del presidente). Siguieron los contactos, claro.

PD: Recuerda Arcadi en su blog su artículo del 31 de marzo de 2005:
1. Hasta la tarde del 11 de marzo toda la clase política española creía que Eta había sido la autora de la matanza de Madrid. El síndrome de Omagh o la acción de una fracción disidente eran las explicaciones más comunes a un atentado que se diferenciaba de todos los otros cometidos por el grupo terrorista. Arnaldo Otegi fue la única excepción: por la mañana ya habló de grupos islámicos.
2. El presidente Aznar cometió un grave error al no reunir a los dirigentes políticos tras el atentado para formalizar una respuesta y un icono común. La situación era excepcional por el número de víctimas y la circunstancia preelectoral. El candidato Rajoy se equivocó también gravemente al manifestar en plena jornada de reflexión su convicción moral de que Eta era la autora de la matanza. Grave igualmente fue la actuación del líder de la oposición Rodríguez Zapatero, que no desautorizó radical, pública y tajantemente las manifestaciones ilegales del día de reflexión (cuyo radio de acción contribuyeron a expandir muchos medios informativos privados y públicos), y que permitió declarar a su segundo Rubalcaba que los españoles se merecían un gobierno que no les mintiera.
3. El gobierno no ocultó ningún dato a la opinión pública e informó con puntualidad de las investigaciones, incluido el temprano hallazgo de una furgoneta con versículos coránicos, cuya publicidad introdujo un cambio decisivo en la opinión pública. Para su desgracia el gobierno siguió insistiendo en la hipótesis etarra sólo a partir de meros antecedentes y despreciando el peso de los hechos que él mismo iba narrando. Una gran parte de ciudadanos no sólo no le siguieron en esa insistencia sino que pensaron que el gobierno trataba de engañarles.
4. No hay ninguna evidencia de que los terroristas planeasen un cambio electoral en España a través de la matanza. Tampoco que la participación española en la invasión de Irak decidiera a sus autores el llevarla a cabo.
5. No hay todavía estudios fiables sobre el número de personas que decidieron cambiar su prevista actitud electoral entre el 11 y el 14 de marzo. Sí parece que entre esos días muchos abstencionistas potenciales decidieron votar. Pero se ignora a qué partido

Sólo un matiz: dice Espada que "toda la clase política española creyó que la matanza era obra de ETA hasta la tarde del 11-M. Toda, salvo Arnaldo Otegi." Quizá quepa incluir en la excepción a los socialistas que llevaban dos años de conversaciones con él.

No hay comentarios: