(Vía Santiago González). Al ministro del Interior se le amontona el trabajo o quizá le falla la memoria. Ya no debe de acordarse del contraataque del PSOE al partido de la oposición: El PP acercó presos y nosotros no hemos acercado ninguno. El argumento fue repetido por Zapatero, José Blanco, él mismo, López Garrido y todos los tertulianos afines. Era la prueba de una virtud, irrelevante en todo caso. El movimiento de presos es una medida reversible y la legalización de Batasune en cualquiera de sus marcas, no.
Ayer, para defenderse de las críticas nacionalistas, Rubalcaba explicó el porqué de su firmeza. No se acercaron presos porque ETA no lo pidió: "ETA jamás se preocupó por sus presos durante todo el proceso de diálogo en el País Vasco. Casi diría que se preocupó por todo menos por sus presos, y en estas condiciones, si no se le pedía el acercamiento de presos al Gobierno, parecía que no era un problema acuciante y por tanto sería que querían empezar el diálogo por otro lado, y nosotros lo respetamos"
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