La lamentable política exterior española

Puerta para Moratinos (Editorial de ayer en ABC)
EL lamentable episodio de la repatriación de una parte de los españoles apresados en Chad es la gota que colma el vaso de la incompetencia del Ministerio de Asuntos Exteriores. Al margen de la responsabilidad en que hayan incurrido los tripulantes del avión fletado por la ONG francesa Arca de Zoé, España es un estado soberano cuya representación no puede quedar en manos de un jefe de Estado extranjero, que ha tenido el gesto de traer a Madrid en su avión, camino de París, a las cuatro azafatas españolas. En cuanto a los pilotos, se desconoce aún cuál es el futuro que les espera en un país cuyas garantías procesales no están acreditadas para juzgar un caso tan complejo como el presunto secuestro de menores bajo apariencia de una operación humanitaria. La implicación personal de Nicolas Sarkozy contrasta con la pasividad de Rodríguez Zapatero y la ineficacia absoluta del Gobierno. Miguel Ángel Moratinos es una persona afable y de trato correcto, pero ha confirmado en los últimos días su manifiesta incapacidad para seguir al frente de la diplomacia española. El ministro, pura y simplemente, no da la talla. Obligado a ejecutar una política exterior impropia de una potencia de nuestro nivel, el equipo de Exteriores no logra ni siquiera guardar las formas. Mientras las relaciones hispano-marroquíes alcanzan un punto de máxima tensión y el Reino alauí llama a consultas a su embajador en Madrid, Moratinos disfruta de su «tiempo libre» en Marruecos, asistiendo a una gala flamenca de Juan Peña «El Lebrijano». En el asunto de Chad no se le ha ocurrido que sería oportuna su presencia en ese país, a diferencia del jefe del Estado francés, que ha dedicado muchas horas a una gestión culminada con un éxito para su liderazgo político y diplomático, al tiempo que practica la generosidad hacia el Ejecutivo español. Sigue leyendo en ABC

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