Así se anuncian en la televisión pública [que pagamos todos] de Galicia las "galescolas", guarderías públicas [que pagamos todos] para niños de hasta 3 años, de las que se ha proscrito absolutamente el idioma español, lengua materna y habitual de buena parte de los gallegos. El anuncio identifica a los hablantes en español con alguien que impide y prohibe que se hable gallego; induce a considerar como "antigallegos" y malvados a los que hablan español; alienta la confrontación entre los hablantes de las dos lenguas de Galicia; en suma, xenofobia en forma de lenguafobia. "Bienvenido a la libertad de escoger educar a tus hijos en gallego", pero sólo en gallego. Si escoges el castellano, búscate otra guardería. ¿Qué narices entiende esta gente por libertad? Ya estamos acostumbrados a que los que prohíben hablen de ‘libertad’. Es la neolengua que anunciaba Orwell en '1984', Ministerio de la Verdad = Propaganda, Ministerio del amor= guerra, etc…vía Heterodoxias
Este anuncio me hace recordar lo importante que fue en 1993 el extraordinario libro de Manuel Jardón "La 'normalización lingüística', una anormalidad democrática. El caso gallego". Puedes descargártelo gratis pinchando aquí (espera unos segundos y dale a download en la mitad de la página que te aparece). Aquí os dejo un aperitivo:
"Falta de sentido democrático [en Galicia]
No digo que la clase política gallega no sea formalmente democrática, pero sí que carece de convicciones profundamente liberales, que son la base de la democracia más genuina, que tiene que ser liberal; al menos así lo demuestra en su comportamiento en materia lingüística. ¿De dónde le viene a la clase política gallega esa falta de auténtico sentido liberal, puntillosamente respetuoso con la libertad individual? Aunque más bien la pregunta se debiera plantear al revés. ¿Cómo se produjo la conversión a la democracia de los políticos gallegos, dados sus antecedentes ideológicos, su formación durante el franquismo, y su impregnación, al menos superficial, en autores galleguistas?
Ninguno de estos tres elementos reseñados en la configuración vital e intelectual de la clase política gallega —ideología (socialista o populista), ambiente franquista y lecturas galleguistas— son favorables al espíritu liberal de respeto al individuo por encima de lo colectivo; diferencia básica entre sentido democrático y sentido totalitario de la actividad política.
Veamos. Tanto el socialismo por la izquierda como el populismo de Fraga por la derecha ponían el acento en lo colectivo, en el Pueblo, antes que en el individuo. Posteriormente, tanto socialistas como populares han ido avanzando en una línea más liberal, en cuanto se ha ido consolidando la democracia en España y ha ido decayendo el comunismo en los países del Este. El franquismo con su nacional-catolicismo ha pesado en todos; en algunos más directamente por su papel de protagonistas, como es el señalado caso de Fraga; en los demás, porque todos hemos recibido la propaganda nacionalista, entonces en clave española, y la moral heterónoma propia del catolicismo tradicional, según la cual el individuo no es el que debe decidir sobre la moralidad de sus propias acciones de acuerdo con su conciencia, sino que debe guiarse por una norma exterior, más segura, la de la Iglesia católica. Los hábitos mentales profundos cambian mucho más lentamente que los cambios políticos formales, en nuestro caso de la Dictadura a la Democracia; las actitudes mentales tienden a seguir siendo las mismas, pero disfrazadas con un nuevo lenguaje y nuevas siglas, acomodadas a las nuevas circunstancias. Donde antes se decía España, ahora se dice Galicia, donde antes se citaba la autoridad doctrinal del Papa, ahora se cita a Castelao o a Risco cuando todavía era alguien (es decir, nacionalista), según expresión de Castelao. Un Régimen se ha cambiado por otro régimen, entendiendo por régimen una manera determinada, ortodoxa, de entender los diversos valores de la vida, que implica la exclusión de la plenitud de la ciudadanía a quien no comulgue plenamente, servilmente con frecuencia, con ellos; antes estos valores ortodoxos los representaba el nacional-catolicismo; ahora el nacional-lingüismo galleguista.
El pasado franquista, una vez descalificado globalmente, ha producido un rechazo intenso hacia él en la sociedad en general, pero sobre todo entre la clase política, de tal manera que rehuye cualquier posible caracterización ideológica o política que recuerde
Simplísticamente se identificaba franquismo, centralismo, antigalleguismo y lo malo para Galicia. La falta de sentido democrático les viene a su vez reforzada por las lecturas galleguistas que han tenido que hacer para ponerse al día, para adornar con una cita de un ilustre galleguista un discurso. Una cita de Castelao puede valer más que mil razones, no en vano su libro Sempre en Galiza ha sido considerado la biblia del galleguismo. Ya iremos viendo que el nacionalismo galleguista, de carácter esencialista, romántico, organicista, no es democrático. Baste por ahora con dejar constancia de que el mismo carácter mesiánico, redentor, del nacionalismo, que han asumido los políticos actuales al presentarse como salvadores de Galicia, del Pueblo gallego... no permite andarse con contemplaciones con las libertades, veleidades, individuales, según proclamaba expresamente Castelao [Sempre en Galiza, Madrid, Akal editor, 1977]: Un home que teña fe no ideal que propaga non debe resiñarse a morrer sin velo realizado, a non ser que morra en loita polo seu ideal. E ainda diréi más, espóndome a que se duvide das miñas convicións democráticas: se o pobo non quisera enterarse do que lle convén e fixese desprezo do remedio que pode salvalo, ¿haberá algún borne de fe que deixase de impor ese remedio ainda pola forza, se dispuxese de poder para tanto? Porque un home de verdadeira fe nos ideaes que predica, e con coraxe para remediar as desventuras do povo, vai cara o triunfo cando se poida e como se poida."
1 comentario:
Increible. Visto desde Madrid alucina uno todavía mas. Tengo un blog en inglés sobre estas cosas. Prometo seguirte.
Saludos.
Nacho
http://noggia.blogspot.com
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