El oro del Banco de España. ¿“Ajuste técnico” o un síntoma de algo más grave?
En las últimas semanas un hecho parece haber pasado desapercibido para la mayor parte de las publicaciones económicas en nuestro país: en sólo dos meses el Banco de España ha vendido el 20% de sus reservas de oro. En total son unas 80 toneladas de oro puro equivalentes a dos mil millones de dólares en los mercados internacionales.
El fenómeno no es nuevo. Las reservas españolas de oro, que en marzo de 2004 eran las undécimas del mundo con 523 toneladas, se han reducido a algo más de
Es un error percibir a las reservas de oro como algo obsoleto y sin interés estratégico debido a que estamos en la unión monetaria y gozamos de la protección del euro. La realidad es que cada uno de los bancos nacionales actúa como prestatario último en caso de crisis, incluso a pesar de no tener control sobre los tipos de interés.
La política de venta de oro sólo se puede comprender en un contexto en el que el déficit por cuenta corriente se ha incrementado hasta el 9,5% del PIB y ha alcanzado casi 9.000 millones de euros en tan solo el mes de marzo. Para hacernos una idea, la empresa que más gana del IBEX, el Banco Santander, tiene un beneficio de algo más de 6.000 millones de euros en todo el año. Y lo peor es que el déficit aumenta continuamente al ser el incremento de las exportaciones menor que el de las importaciones. El déficit comercial español está fuera de control. Es el peor de toda la historia y que el de cualquier otro país del mundo en términos relativos.
Pero ¿por qué las reservas de oro?. El Gobierno podía haber recurrido a otros mecanismos más efectivos para dar liquidez a la balanza corriente sin tener que recurrir a la venta de activos estratégicos. Parece que hay mucho más en juego. Si el Gobierno utilizara la vía de la emisión de deuda, la percepción de su gestión económica empeoraría pues se incrementaría el déficit público y se acabaría con la idea del superávit y la ficción de que la economía va viento en popa gracias a un buen gobierno. La venta de oro cabe entenderla como una maniobra para que, mientras disfrutamos de un superávit fiscal en términos técnicos y tenemos a un Gobierno escenificando una buena gestión económica, no se pueda mostrar la parte desagradable de nuestra economía, que gastamos mucho más de lo que producimos. Este enorme déficit comercial, al mismo tiempo que es una importante debilidad para la economía, pone de manifiesto dos elementos muy importantes: en primer lugar la falta de competitividad de la economía española y, después, la urgente necesidad de establecer profundas reformas estructurales. La posición de la economía española dista de ser excelente y hay enormes factores de riesgo que pueden precipitar que el crecimiento y la bonanza económica que padecemos se acabe:
- El sector privado tiene una deuda de más de 600.000 millones de euros.
- La deuda hipotecaria es más del 120% de la renta disponible, casi toda, un 96%, a tipo variable.
- La construcción representa un 20% del PIB según Morgan Stanley (en el caso de Alemania, tras la unificación, no pasó del 14% y, según algunos analistas, esta fue la clave de la depresión económica alemana que acaba de superar).
En teoría el Banco de España es un ente autónomo que tiene independencia del Ejecutivo central. En la práctica, el nombramiento de Miguel
Pero hay algo más grave, esta disminución de divisas se produce cuando las grandes economías de la eurozona (España es la cuarta), no han variado de forma importante sus reservas estratégicas desde la entrada en circulación de la moneda única. Se han hecho ventas de oro en menor cuantía que la española, pero se han incrementado las divisas. Francia mantiene 76.000 millones de euros, Alemania 86.000 e Italia 60.000. La razón es clara; en caso de crisis financiera cada país debe responder por sí mismo y el Banco Central Europeo sólo intervendría en el caso de que la crisis se extendiera por toda la zona euro ya que está explícitamente prohibido que se ayude de forma individual a un Estado miembro.
Con las ventas de oro, España pierde capacidad para hacer frente a una gran crisis financiera, algo que no se debe descartar en el caso de una bajada brusca de los precios inmobiliarios que arrastraría a la bolsa y, con toda seguridad, al sistema bancario ante el incremento de impagos. En casos similares, por ejemplo en Japón en los 90, el Gobierno, gracias a las reservas monetarias, fue capaz a duras penas de mantener un sistema bancario estable y de garantizar los depósitos gracias a unas fuertes reservas. En España, hoy, no sería posible por el reducido volumen de las mismas.
El ejemplo contrario es el de Argentina que un año antes de su bancarrota económica decidió vender gran parte de su reserva estratégica de oro y pulverizarla en cubrir el déficit comercial y la dolarización de
Se debería explicar por qué se ha vendido oro cuando el precio del metal está en una tendencia alcista (véase Fig. 4), cuando bancos centrales de Asia como China o Japón siguen acaparando oro y, sobre todo qué se ha hecho con ese dinero, y por qué se tomo esa decisión.
Foto: Precio del oro (euros/onza). Fuente: Global Insight. World Gold Council
La venta de oro nos hace pensar que quizás los triunfalismos del Gobierno a la hora de hablar de los resultados económicos no están totalmente justificados y que la economía española tiene ante sí complejos retos. Precisamente por ello no se comprende movimientos que debilitan la posición de España ante una eventual crisis bancaria que se podría producir por una bajada brusca de los precios de la vivienda y el consecuente crecimiento de la morosidad.
Sería muy triste que el Gobierno, para solucionar el problema del déficit por cuenta corriente, esté aplicando una medida tan simple como la venta parcial de las reservas de oro en lugar de aplicar unas reformas estructurales que den más competitividad a nuestra economía.
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