Con ocasión del día del orgullo gay, no puedo evitar la maldad de recordarles de nuevo el poema "homófobo" de Lorca. Quienes no lo han leído, sorpréndanse. Quienes lo conocen, aprovechen para disfrutar de uno de los grandes poemarios del siglo XX español: El poeta en Nueva York.
Por eso no levanto mi voz, viejo Walt Whítman, / contra el niño que escribe / nombre de niña en su almohada, / ni contra el muchacho que se viste de novia / en la oscuridad del ropero, / ni contra los solitarios de los casinos / que beben con asco el agua de la prostitución, / ni contra los hombres de mirada verde / que aman al hombre / y queman sus labios en silencio.
Pero sí contra vosotros, / maricas de las ciudades, / de carne tumefacta y pensamiento inmundo, madres de lodo, arpías, enemigos sin sueño / del Amor que reparte coronas de alegría.
Contra vosotros siempre, / que dais a los muchachos / gotas de sucia muerte con amargo veneno. (...)
¡Maricas de todo el mundo, asesinos de palomas! / Esclavos de la mujer, perras de sus tocadores, abiertos en las plazas con fiebre de abanico / o emboscadas en yertos paisajes de cicuta.
¡No haya cuartel! La muerte / mana de vuestros ojos / y agrupa flores grises en la orilla del cieno.
¡No haya cuartel!¡Alerta¡ / Que los confundidos, los puros, / los clásicos, los señalados, los suplicantes os cierren las puertas de la bacanal. (...) / Oda a Walt Whitman
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