Por Teresa Jiménez-Becerril, hermana del concejal sevillano Alberto Jiménez Becerril asesinado por ETA junto a su esposa en 1998, en ABC
Hay veces en las que hay que mirar al cielo y no al suelo a la hora de votar. En unas elecciones municipales juzgamos al candidato de manera diferente que en unas generales y los socavones de nuestras calles pesan. Pero hay momentos en los que debemos anteponer los valores en los que creemos a soluciones pasajeras. Tenemos derecho a una ciudad que funcione, pero también a vivir en un país donde no te maten por hacer política. No disfrutaremos viendo nuestros barrios limpios si no evitamos que quienes los mancharon de sangre inocente se paseen por ellos con la cabeza alta. Por eso desconfío de quienes exigen que no hablemos de ETA. ¿Acaso nos hemos olvidado de Gregorio, de Alberto, de Miguel Ángel y de todos los concejales que no llegaron a alcaldes porque los mataron?
Es inadmisible que un candidato diga «que si no existiera ETA, el PP la crearía». Decir que un partido mayoritario no puede vivir sin el terror es alarmante. Quienes nos quieren silenciar repiten que los que hablamos de ETA, la creamos para enfrentarnos al Gobierno. Nos dicen que no pensemos en el terrorismo. De acuerdo, este domingo me sentaré en un banco de Sevilla, mi ciudad, limpia para la ocasión y le diré a mi sobrina Ascen, que es la primera vez que vota, que cuando elija al que será su voz, no tenga en cuenta si éste ha consentido con su cobarde silencio una vergonzosa negociación con quienes asesinaron a sus padres. Le diré que hoy los hombres libres escasean y los súbditos abundan... la invitaré a que mire las farolas de la Avenida, que iluminan más que nunca. Lo que no conseguiré es que esa luz ilumine su alma que quedó a oscuras cuando tenía ocho años. Hoy con 18, ella y todos los españoles tenemos derecho a pedir cuentas en las urnas a quienes nos gobiernan, y lo haremos sobre lo que más nos interese sin que nadie nos obligue a olvidar lo que muchos parecen haber olvidado. Ascen, te prometo que al votar miraré al cielo, no al suelo. Y el mío será un voto libre, digno y justo.
vía Hemiplejía moral
No hay comentarios:
Publicar un comentario