Por Manuel Molares do Val
José Blanco, el segundo jefe del actual PSOE, afirma que gana 6.000 euros mensuales, veinte veces más que una viuda que se quejó de su pensión ante un Mariano Rajoy que no quiere revelar su sueldo, quizás azorado porque su diferencia es aún mayor.
José Blanco, el segundo jefe del actual PSOE, afirma que gana 6.000 euros mensuales, veinte veces más que una viuda que se quejó de su pensión ante un Mariano Rajoy que no quiere revelar su sueldo, quizás azorado porque su diferencia es aún mayor.
Pablo Iglesias, el tipógrafo ferrolano que fundó la UGT y el PSOE, usaba una expresión popular para definir a los derechistas: “Vagos y Maleantes”. Los describía como políticos “sin oficio ni beneficio”, ociosos señoritos, caciques, parásitos, latifundistas y enemigos del esfuerzo físico o intelectual. Con excepción de maestros, médicos y otros profesionales estudiosos de valía contrastada, los socialistas que seguían al Abuelo exhibían como medallas sus manos encallecidas, muestras de laboriosidad. Gestionar el viejo PSOE exigía tener una profesión, un trabajo ajeno a la política, cuanto más humilde más venerado. Pero actualmente hay mucha gente ociosa o de poca laboriosidad que ingresa en ese partido para hacer carrera, llegar a dirigente, al contrario que en el pasado, cuando Pablo Iglesias proclamaba con orgullo su oficio de tipógrafo.
La situación dio la vuelta: entre los líderes de la derecha más que rentistas hay ahora profesionales como Mariano Rajoy, que renunció a una carrera excelentemente pagada para ganar menos. Aunque algo más que José Blanco, que ingresó de meritorio en el PSOE y sin necesidad de estudios ascendió a la cumbre del escalafón.
El presidente de Gobierno es un licenciado en Derecho nunca ejerciente. Su única labor es la burocrática del partido. Como Blanco o ZP, son muchos los actuales dirigentes izquierdistas que no han realizado esfuerzo productivo alguno, manual o intelectual.
La Memoria Histórica debería recordar que quien acuñó el término de “vagos y maleantes” fue el tipógrafo Iglesias para definir a los políticos sin oficio ni beneficio.
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