Ante la beatificación de la II República por parte de Zapatero, Libertad Digital nos recuerda que no es una de las épocas más propicias para reivindicar. Este interesante artículo nos explica que no todo fue tan democrático como normalmente nos cuentan, como por ejemplo que la II República “advino” después de unas elecciones locales (en abril del 31). Se elegían los alcaldes de los ayuntamientos, y aunque las derechas ganaron con una relación de 6 a 1 frente a las izquierdas, al conseguir éstas las grandes ciudades, y gracias al entreguismo de los monárquicos, las izquierdas lo celebraron como si el pueblo hubiera votado por un nuevo régimen republicano.
A pesar de que la República carecía de legitimidad, Azaña decía que la República era para todos los españoles (republicanos y no republicanos), pero que tenía que ser gobernada sólo por republicanos. Desde muy pronto hubo agresiones brutales, como la quema de iglesias, bibliotecas y centros escolares, y una Constitución sectaria, no laica sino antirreligiosa.
Además de ser instaurada de un modo ilegal, ni toda la izquierda ni las derechas creían en ella, por lo que no fue un período estable: hubo cinco golpes de Estado en 5 años, de los que sólo uno fue cometido por las denominadas derechas (el general Sanjurjo), tres por los anarquistas, y la guerra de Octubre del 34 por el PSOE y la Esquerra Catalana, con casi 1400 muertos en 26 provincias, en la que la derecha defendió la legalidad republicana, pese a que no se identificaba con ella.
También nos recuerda este magnífico artículo las amenazas de muerte en el Parlamento y las famosas Checas republicanas que son las cárceles en las que se asesinaba y torturaba sin juicio previo a hombres, mujeres, ancianos y niños. En total unas 11000 personas, parte de ellas asesinadas bajo las órdenes de Santiago Carrillo, Consejero de Orden Público.
Otro de los mitos existentes hoy en día es el de identificar al PSOE con la República. Los socialistas no eran republicanos convencidos. Se aliaron con los republicanos de izquierda (Azaña) y con los de centro (Partido Radical de Lerroux) para vencer a las derechas y a medio plazo instaurar la dictadura del proletariado. Tampoco fueron los socialistas, como bien nos recuerda Juan Carlos Girauta , los responsables de conseguir el voto femenino, sino los republicanos, ya que los socialistas creían que les podía perjudicar electoralmente, como así fue. La mayoría de mujeres votaron a las derechas.
Reivindicar la II República como un momento histórico democrático y de prosperidad es negar la realidad. Sin embargo, la transición española sí que es un ejemplo de pasar de la legalidad dictatorial a la legalidad democrática sin sangre, dejando atrás los viejos rencores y mirando hacia un futuro en el que todas las ideologías lleguen a un pacto común (como la actual Constitución) respetando la libertad de todos los españoles.
2 comentarios:
Lu tuyo no tiene remedio. ¿ A qué llamas tú democracia?. ¿A la monarquía partitocratica actual que no es sino la continuación del regimen dictatorial?. No engañes a la gente y si es que sabes algo de derecho constitucional dí que no hay separación de poderes, que el sistema electoral divide a España, que el consenso, forma reaccionaria de dejar al margen a los ciudadanos es puro facismo. ¿qué narices de democracia es esta?. Anda ya hombre y lee por lo menos a Tocqueville, imbecil demagogo.
Vale que a la segunda república se le puede criticar desde muchos flancos pero poner como contramodelo ideal a la transición española es una estafa intelectual:
1) No hubo proceso constituyente, sino la trampa de convertir a las cortes legislativas, por soberana y autocrática decisión, en cortes constituyentes
2) no hay separación de poderes entre ejecutivo y legislativo
3) los diputados, en un sistema de listas como el nuestro, son solo fieles ejecutores de las decisiones que toman sus jefes y no representan a pueblo alguno, conviene no confundir representación con representatividad y representatividad con pura y simple delegación en los jefes
Solamente estos tres motivos hacen muy difícil pensar que la transción sea un ejemplo favorable para nada. Otra cosa es que los españoles no acabaran a tiros pero eso no es mérito de la transición, entre otras cosas porque no había dos bandos armados como para llegar a plantear una guerra civil, afortunadamente. Pero no se le puede poner el nombre de democracia a cualquier cosa.
(Es típico de los "liberales" confundir las libertades públicas y civiles con la libertad política. Las primeras pueden existir sin que por ello haya un régimen democrático. Sobre eso los liberales deberíais reflexionar un poco más)
Juan
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