La lealtad hacia una idea o unos superiores jerárquicos le ha dado a la historia héroes que morían por causas nobles y seres miserables como los alemanes que acallaron su conciencia para obedecer ciegamente al genocida Hitler.
En España estamos viviendo las consecuencias de uno de esos momentos de lealtad peligrosa en el conflicto que nació cuando tres peritos policiales descubrieran que los presuntos autores del 11M poseían ácido bórico para estabilizar sus explosivos, igual que hace unos años un comando etarra. Una prueba circunstancial, seguramente. Pero para alejar toda hipótesis que vinculara la masacre islamista con ETA, los superiores de los peritos censuraron la coincidencia en la información que le enviaron al juez que investiga la masacre.
Cuando el periódico El Mundo anunció esa manipulación, numerosos competidores y el juez Baltasar Garzón se empeñaron en asegurar que el ácido lo usa cualquiera para matar cucarachas y contra el olor de los pies de quienes sudan demasiado. El propio juez dijo que empleaba en grandes cantidades ese producto venenoso. Preguntémonos: ¿conocemos a alguien que compre kilos de ácido bórico industrial en lugar de insecticidas o desodorantes comerciales?
Garzón acusó a los peritos de falsificación de documentos, cuando los falsificadores fueron los superiores de esos técnicos al manipular el informe que ellos redactaron, como sospecha la juez que lleva ahora el caso. El empeño del juez, exdiputado socialista, y de los jefes policiales en hacer desaparecer esa coincidencia, es el ejemplo de una lealtad al Gobierno sumamente peligrosa, por encima de
Es tal la necesidad gubernamental de presentar ahora al terrorismo vasco como pacifista, que ayuda a escapar a los terroristas anunciándoles que van a detenerlos con la recaudación del “impuesto revolucionario”. Una acción de policías peligrosamente adictos al Gobierno, pero no al Estado ni a los españoles, o de militantes del PSOE bien informados.
Y después, RZ definía a De Juana Chaos, cruel asesino de 25 personas, como comprometido con la paz, coincidiendo con el momento en el que los etarras robaban armas en un asalto en Francia...
Eso no es lo más llamativo: simultáneamente el mismo RZ acusaba con gran énfasis y prosopopeya a quienes piden justicia, como el Foro Ermua [presidido por un socialista], de pertenecer a la extrema derecha.
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