El PPdeG superó hoy un test inequívoco, demostrando una vez más que es lo que es. Santiago Abascal estaba en La Coruña. No era un secreto: cualquiera con alguna inquietud sobre el problema más grave de nuestro país -la incertidumbre sobre su continuidad histórica- debía saberlo. De no ser por unos cuantos asociados a la Asociaciación Gallega por la libertad de idioma (AGLI) y otros cuantos asociados a Coruña Liberal, no habría en la sala de conferencias casi nadie.
Abascal, según parece, no es un compañero de partido para el PPdeG. Me dio pena, pero también me dio la medida del valor de los dirigentes del PP. Tal vez el PPdeG no informó del acto a la militancia, para que no tuviera la ocasión de comparar a Abascal con los líderes locales. Éste tiene convicciones. Y se juega el tipo por ellas. Ni uno apareció a acompañarle. ¡Qué pena!
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