Desastres sin Prestige

Por Manuel Molares do Val

Millares de gallegos sufren estos días una contaminación más letal y ruinosa que la arrojada hace cuatro años por el petrolero Prestige, pero fuera de su tierra pocos lo saben.

La información sobre la gravedad de la destrucción de grandes bancos marisqueros se solapa propagandísticamente con el lloroso recordatorio del aniversario del hundimiento del barco, de cuyos daños no quedan casi rastros, como admite el actual Gobierno autonómico.

Pero estos días los mariscadores padecen, sin solidaridad informativa, la destrucción de sus sembrados, que habían conseguido proteger heroicamente frente al chapapote.

Fueron impotentes ante una desastrosa planificación antiincendios estivales, cuyos vestigios, convertidos en lodos tóxicos por las lluvias, matan ahora sus cultivos.

No hay información porque para los medios que señalan la agenda que los demás imitan, noticia es "la mezcla de imágenes llamativas y de emotivos textos capaces de dañar al enemigo ideológico". Enunciado válido como axioma periodístico.

El chapapote del Prestige daba grabaciones espectaculares y la agenda informativa estaba dictada por medios prosocialistas y nacionalistas, la oposición al Partido Popular que gobernaba Galicia y España.

Los medios de la derecha eran incapaces de neutralizar aquellas escenas de marea mezcla de negro chapapote ensuciando hermosas costas, gente desesperada, torpezas gubernamentales y la contagiosa emoción nacional volcada en ayudar a la gente del mar.

El suceso así se convertía en activismo: chapapote, manifestaciones, peticiones de condena, "PP, culpable", aunque no murió nadie, y el desastre fue atenuado con ingentes inversiones y subvenciones a pescadores y mariscadores.

Ahora, no hay esas ayudas. O se niegan tras la ola de fuegos intencionados, como todos los años, que solían apagarse antes de provocar catástrofes. Pero habiendo cambiado los gobiernos gallego y español, se improvisó otro sistema antiincendios: calamidades y cuatro muertos.

Quienes acosaron al PP arropan ahora al PSOE y a los nacionalistas. Sin enemigo ideológico que combatir, aunque haya imágenes, muertos y ruina ecológica y económica, los mariscadores no entran en la agenda informativa.

Consuélese el PP: su desastre tenía imágenes de gran Prestige.

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