En febrero se decidió el 11-M

La Guardia Civil tenía localizado a 'El Chino' 17 días antes de su muerte en Leganés

Desde el 17 de marzo de 2004, diecisiete días antes del supuesto suicidio de Leganés, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, dirigida por el coronel Félix Hernando, tenía controlado a 'El Chino' [el Ben Laden de la Península]. Según desvela El Mundo, el confidente Rafá Zouhier había facilitado su localización a su controlador aunque este dato no aparece en el primer auto del juez Del Olmo. Pero los agentes tardaron casi una semana en controlar la casa de "El Chino", hasta el 25 de marzo no localizaron la de Morata y no llegaron a Leganés hasta la mañana del 3 de abril, sólo horas antes de que saltara por los aires. Zouhier llevaba días detenido.

Eso significa que los agentes de dicho cuerpo (cuyo jefe es el coronel Félix Hernando, hombre de confianza del ex secretario de Estado de Interior, Rafael Vera) dispusieron de más de dos semanas no sólo para detenerle sino para localizar la casa de Morata y el piso de Leganés donde él y otros seis islamistas presuntamente se suicidaron el 3 de abril de 2004.
Según informa Casimiro García-Abadillo en EL MUNDO, el agente de la UCO conocido como 'Víctor' mantuvo dos conversaciones telefónicas con su confidente, el marroquí Rafá Zouhier, el día 17 de marzo de 2004.
Le dio su descripción física, le dijo que tenía un "BMW 500 de color negro", de los que en ese barrio "debía ser el único", y además que tenía "un hijo y una mujer, también española".
Asimismo, le informó de que pasaba mucho tiempo en el norte, que allí "conseguía cosas en Bilbao y del País Vasco". Y, por si fuera poco, le comentó: "Siempre hablaba del rollo del teléfono, ¿sabes? A él le gustaba lo del teléfono. Lo de hacerlo con el teléfono".
Lo único que no le concretó Zouhier a Víctor fue el número de la calle donde vivía El Chino, que era el 51. Pero con toda la información que le proporcionó, localizarlo habría sido muy fácil.
Nueve días después de que la UCO tuviera bajo control a El Chino, el 26 de marzo de 2004, la compañera sentimental de Jamal Ahmidan declaró ante funcionarios de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) que "los días 17 y 18 de marzo los pasan juntos en casa y el día 19 van a la finca mencionada anteriormente y sita en el término municipal de Morata de Tajuña, en la que hacen una fiesta familiar".
Pero es más, al regresar a Madrid ese día, sobre las 20.00 horas, El Chino no durmió en la vivienda de Villalobos, sino que se marchó con un automóvil Opel Astra de color azul oscuro (M-4518-OZ), propiedad de la madre de su compañera sentimental, a dormir a "casa de los chicos"; es decir, al piso de Leganés.
Por tanto, el seguimiento de El Chino debía haber facilitado no sólo la localización de la guarida de los terroristas en Morata, que oficialmente no fue encontrada por la Policía hasta el 25 de marzo, sino la del mismísimo piso de Leganés, que había sido alquilado por Mohamed Belhadj el 8 de marzo de 2004.

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En febrero de 2004 se decidió el 11-M
ETA fue invitada a reunirse con los “gorrinos”, que es como los etarras llaman a los socialistas del PSOE —ojo, del PSOE, no del PSE-EE—, nada menos que en febrero de 2004. Así sucedió, como se desprende de un informe de José Antonio Esparza Luri (criminal histórico de ETA), tras varios años de contactos entre Batasuna y el PSE-EE.
La noticia la lleva hoy a portada, en su edición digital, el diario El Mundo, donde se describe una reunión en la citada fecha del comité ejecutivo de ETA y del acuerdo adoptado sobre la conveniencia de negociar con un PSOE que no estaba en el poder ni había dato alguno que avalase la posibilidad de que lo alcanzara. Además ETA le dio la máxima importancia al asunto y ello a juzgar por un hecho prácticamente inédito: la reunión de la totalidad de su cúpula directiva, compuesta entonces por Ternera, Antza, Anboto, Esparza Luri y Peio Eskizabel. Cuando todos sabemos que en los últimos años los jefes de los terroristas se reunían como mucho de tres en tres para no ser descabezados al completo.
La fecha de febrero de 2004 igualmente representa, si se considera que aún quedaban tres semanas para los atentados del 11-M, algo mucho más significativo que una simple nota con el teléfono de un etarra en el bolsillo de uno de los moros implicados en la masacre. Es el nexo claro de unión entre dos organizaciones desesperadas: Una banda criminal a la que el gobierno de Aznar estaba llevando, con la ley en la mano, al camino de la extinción, y un partido socialista dirigido por un elemento radical que no soportaba la posibilidad de ser vencido limpiamente en las urnas, como por esas fechas apuntaban todas las encuestas. La tregua para Cataluña, auspiciada por el infame Carod, se había decidido pocos días antes y no es descabellado pensar que fue el propio separatista catalán, en una conversación de varias horas con el criminal Ternera, el que apuntase la posibilidad de crear un pacto del Tinell a la vasca: PSE-EE, Batasuna-ETA y el apéndice comunista Esquer Batua.
El 14 de febrero de 2004, desde el aeropuerto de Frankfort, Ternera dijo literalmente: “Se van a enterar los españoles de lo que somos capaces”. El 29 de febrero de 2004 se intercepta una de las dos “caravanas de la muerte”. Lo que sucedió después, es decir, el horrendo atentado del 11-M, es de sobras conocido. Ahora bien, se ignoran las razones que tiene Zapatero para rendirse ante una banda de criminales que no renuncia a ninguno de sus objetivos. Se ignoran... pero se intuyen. Espero que algún día puedan ser aclaras suficientemente ante un tribunal.

- Interesantísimo resumen de las noticias de El Mundo en La Bitácora de Kickjor

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