"Ernesto Ché Guevara", del mito a la verdad
En principio, el hecho de que un ciudadano argentino sin titulación universitaria, sin haber realizado el servicio militar y sin haber practicado nunca trabajo alguno pase a la Historia como el héroe de una revolución cubana, médico de profesión, comandante y símbolo de los trabajadores y los pobres del mundo no dejaría de tener su gracia si el personaje en cuestión no hubiera sido el responsable directo de miles y miles de asesinatos.
El autor de este libro, Fernando Díaz Villanueva, acaba de entrar en la treintena; es licenciado en Historia y periodista. Díaz ha sabido unir en su libro, parte de
Antes de ser el
Durante sus viajes por América, en los que vivía del dinero ajeno y no trabajó más que un solo día descargando mercancías en un puerto hondureño, no mostró ninguna ideologización. Disponemos de una abundante correspondencia donde aparecen sus escasos sentimientos políticos sobre los derrocamientos de Arbenz en Guatemala y Perón en Argentina. La conversión del
Entonces conoció a Fidel Castro el cual, tras su intentona golpista en el cuartel de Moncada, tenía en mente la idea de formar un comando de guerrilleros en México para tomar el poder en Cuba. Aunque dudó al principio, poco a poco fue integrándose en el grupo de cubanos rebeldes e a participar plenamente en los entrenamientos del rancho de Santa Rosa. Los preparativos para asaltar Cuba se aceleraban.
Nada más desembarcar en Cuba y esconderse en Sierra Maestra, el
Con la dictadura castrista en el poder comenzaron sus primeras consecuencias: miles de cubanos partieron al destierro; se suprimieron los derechos más fundamentales (“los trabajadores cubanos de ninguna manera pueden ir a la huelga” sentenciaba el nuevo Ministro de Industrias, el Sr. Ernesto Guevara); se instauró el Trabajo Voluntario, por el que los cubanos debían dedicar sus fines de semana a trabajar en los muelles, las fábricas o los campos de la nueva isla; se empezó a fusilar a todo aquel que levantara la cabeza o no gustara al mandamás de turno (al Ché le molestaban especialmente los homosexuales o “putos”, como él decía); se construyeron campos de concentración; aparecieron las cartillas de racionamiento (en un país que no conocía el hambre); etc.
Mientras tanto, Ernesto conoció la suavidad de las moquetas y la comodidad de los despachos en puestos tales como la dirección del Banco Nacional o el Ministerio de Industrias.
Pero fueron pasando los años y se fue convirtiendo en un cadáver político, por lo que en abril del 65 partió hacia el Congo para extender la oleada comunista por el continente africano, pero no lo consiguió. Todo terminó en un auténtico desastre. Allí había militares de verdad y no pudo lograr lo que tan fácil le había resultado en Cuba.
Pasó otro año apenado e ignorado difundiendo “el odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo”. “Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión”, decía igual que podría haber dicho hoy en día Ben Laden.
El 9 de octubre de 1967, en las montañas de Bolivia, seis balas atravesaron el cuerpo del hombre que a tantos había atravesado antes.
Ernesto Guevara es uno de los personajes más conocidos del siglo XX. Figura en camisetas, pósters y fotografías. El guerrillero argentino es una de las pocas banderas que resistió la caída del Muro y la liquidación de los regímenes del socialismo real (comunismo). Por ello, esta biografía es necesaria, para conocer a este tipejo con el que los demagogos pueden violar el alma de los jóvenes, de la misma forma que los pederastas seducen a sus víctimas.
El Ché Guevara (pásalo)
por Lugo liberal el 5/16/2006 04:15:00 p. m.
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