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[…] Freddie Mac y Fannie Mae, además, no tenían ningún incentivo para adoptar un comportamiento financiero razonable. Dado que todo el mundo sabía que si todo iba mal este día llegaría y el Gobierno Federal intervendría, las dos empresas podían endeudarse con un menor tipo de interés, ya que el riesgo de impago era menor. Esta diferencia le ha permitido a las dos empresas semipúblicas pero con capital privado unos beneficios fabulosos. De 1990 a 2000 su cotización en bolsa se sextuplicó. Ahora la capacidad de hacer frente a su propia deuda está en entredicho, y los dueños de esa deuda (los bancos centrales de China, Bélgica, Japón o Luxemburgo, entre otros) no quieren dejar de cobrarla. No hay problema. Si hay que socializar las pérdidas, para eso están los contribuyentes estadounidenses, que son los que van a pagar, volis nolis, todo este desaguisado. Cuando los ingentes beneficios quedan atrás y por delante sólo aparecen impagos, pérdidas y quiebras, los que tienen bien llenos sus bolsillos no quieren responder. Que lo haga el ciudadano de a pie …sigue en LD
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