[...] la izquierda española sigue siendo profundamente intervencionista en el ámbito económico, pero el objetivo de sus regulaciones ya no es intentar proteger los intereses de los trabajadores, sino más bien defender los privilegios de grandes corporaciones que en situaciones de bonanza buscan alcanzar posiciones de oligopolio o cuando menos reducir la competencia en determinados sectores y en épocas de crisis, como la actual, solicitan que el Gobierno corra en su auxilio con el dinero público.
[...] La segunda característica es una voluntad de inmiscuirse de forma autoritaria en la vida de los ciudadanos, cuyo instrumento más eficaz, y más perverso, lo constituye ese intento de modelar en la escuela las conciencias de nuestros hijos, adaptándolas a los estereotipos de un neo-socialismo con vocación de pensamiento único, a través de ese invento dela Educación para la Ciudadanía. Pero hay también una constante intención de suplantar la responsabilidad individual por una supuesta "ética pública" que lleva al absurdo de tratar de imponernos hasta nuestra vestimenta [...]. El Gobierno pretende así imponernos lo que debemos comer y beber, qué lengua debemos hablar, qué tipo de coche debemos conducir, a qué temperatura debemos poner nuestro aire acondicionado e incluso en qué debemos creer y en qué no, reduciendo así a los ciudadanos a menores de edad que deben ser tutelados por los poderes públicos hasta en sus decisiones más personales. El problema es que este tipo de ingeniería social, que no es nuevo en la historia, termina por asfixiar nuestra libertad individual ...sigue
[...] La segunda característica es una voluntad de inmiscuirse de forma autoritaria en la vida de los ciudadanos, cuyo instrumento más eficaz, y más perverso, lo constituye ese intento de modelar en la escuela las conciencias de nuestros hijos, adaptándolas a los estereotipos de un neo-socialismo con vocación de pensamiento único, a través de ese invento de
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