«Si recurre en amparo, me telefonea» - J. M. RUIZ SOROA

Esta es la frase con que la presidenta del Tribunal Constitucional terminó su imprudente conversación con un particular que había conseguido, mediante recomendaciones, que se interesase por su problema. Una frase que contiene la petición simétricamente opuesta a la que cualquier juez debería emitir en tal hipótesis: si usted acude finalmente al tribunal que presido, entonces ni siquiera me telefonee, puesto que a partir de ese momento no podré atenderle sino a través de los cauces legales e impersonales marcados. ¿Para qué solicita ser telefoneada la presidenta en caso de que la interesada presente su recurso de amparo ante el tribunal que dirige? Es obvio, aunque no lo diga: para hacer eso que en la práctica se denomina «interesarse por el expediente», para instruir al funcionario de turno de que «lo mire con cariño», para darle un empujoncito. Vamos, para practicar un poco el amiguismo y la recomendación. [...]
A esta confusión de niveles se suma con alegría el Tribunal Supremo al añadir a su pronunciamiento una sorprendente consideración. La de que los términos de la conversación de la presidenta «entran dentro de los usos sociales generalmente admitidos». Porque, si ya de entrada resulta insólito que el Tribunal Supremo determine cuáles son los usos sociales, más extraño aún resulta que considere que el telefonear personal y privadamente al juez o tribunal que se ocupa del caso de uno es algo socialmente considerado como correcto ...sigue en El correo

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