El problema está cuando se utilizan los himnos, la infancia y la televisión pública no para transmitir un sano, pacífico y abierto sentimiento de pertenencia, sino para inocular un nacionalismo tan excluyente, incivil y violento como el que destila ese himno de Els Segadors que unos niños han cantado envueltos en una bandera catalana, con una mano en el corazón y con la otra empuñando una hoz, en el programa de TV3 de Julia Otero …sigue en Radikales libres
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