Carod Rovira frecuenta a diario el restaurante Gaig de Barcelona y como un humilde servidor del pueblo catalán pide el menú de 120 euros. Sin embargo, sus escoltas no tienen tanta suerte ya que -según cuenta La Nación.es- mientras José Luis se da el gran banquete diario, ellos comen a base de bocatas en los bajos de la calle Aragón , a espera de que el jefe se pague la comilona y se fume un buen puro a la salud de los contribuyentes catalanes. Josep Lluis, aquí y en la República Popular, demuestra tener un paladar exquisito y un estómago insaciable que deben alimentar los generosos bolsillos de los catalanes. De avaros, nada, a tenor de cómo miman con sus impuestos al republicano …Escaño 351
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