"La ciudad que fue" memorias de Jiménez Losantos

Cuando Federico era comunista
Un día Federico decidió dejar Teruel, comprarse una moto e irse a beber la lluvia noctívaga de la modernidad en la Barcelona fúlgida de Europa y predemocracia. La única ciudad de España donde los gays podían contonear sus orgullos sin que los enchironara la político-social. Era 1971 y la aventura duró diez años, lo elevó a una fama de la que no se ha descabalgado más y los separatistas casi lo dejaron cojo. Así lo cuenta Losantos en La ciudad que fue, una biografía sentimental de los 70 que acaba de salir de los hornos de la editorial Temas de Hoy. Sigue leyendo el artículo (que Federico dice que se inventaron y que el que lo escribió no leyó el libro) de El Mundo en e-pesimo.

La noche que los nacionalistas catalanes dispararon a Losantos
La ciudad de sus sueños juveniles, la ciudad de la libertad importada, la ciudad del amor cauteloso, construido con el mimo y el cuidado de las cosas valiosas, se le había vuelto inhóspita y pequeña. Barcelona, «la ciudad que fue», le vio llegar en Vespa y le vio partir en ambulancia. Le dio mucho, le quitó mucho, también. Lo principal, el escenario donde uno se hace hombre de provecho y pone fondo y aromas a los recuerdos; lo secundario, los amigos y compañeros que dejaron de serlo, porque el miedo, muchachos, es insidioso y siempre viene con un capazo cargado de excusas. Sigue leyendo la entrevista en La Razón

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