Rajoy propone menos impuestos y Zp negocia con ETA

1/ Rajoy se ha comprometido a reformar la Constitución, y si es el PP el que gana las elecciones, a llamar al segundo gran partido nacional y hacer la reforma juntos.
2/ A una reforma educativa muy ambiciosa, que recupere la calidad educativa que España precisa para ser competitiva.

3/ A que en todo el territorio español se pueda escolarizar en castellano y de que el castellano NO sea expulsado de ningún espacio oficial o público.
4/ A modificar la Ley Electoral, de acuerdo con el otro gran partido, de forma de que el gane las elecciones sea el que gobierne y no se dependa del chantaje nacionalista.
5/ A aprobar en el Congreso una declaración institucional que repruebe la negociación política con sangrientos terroristas.
6/ A poner fin al enfrentamiento entre españoles, a la política de buenos y malos, y a recuperar la concordia.
7/ Rajoy se ha comprometido a sacarnos del alineamiento con las dictaduras bananeras, para reintegrarnos al abandonado “corazón de ‘Uropa’ ”
8/ Y además a elevar el mínimo exento hasta los 16.000€, y a realizar una rebaja general de impuestos, basándose en el principio liberal ya contrastado de que ello generará más crecimiento, más empleo, más riqueza y mayor recaudación.

Mientras Rajoy realiza esta oferta ilusionante nos enteramos en e-pesimo de que ZP sigue reuniéndose y negociando, de espaldas al pueblo, con la banda terrorista ETA, suplicándoles ahora que le ayuden a ganar las elecciones: Según un informe policial enviado a la Comisaría General de Información al que ha tenido acceso EL MUNDO, dirigentes del PSE han continuado sus contactos con ETA tras la ruptura de la tregua, y han mantenido una reunión en una localidad de la frontera alemana y austriaca durante la semana del 15 al 21 de octubre con miembros de la banda. Tanto o más grave que la reunión en sí es el supuesto sentido del encuentro, pues en él se planteó que la banda terrorista pudiera ayudar al PSOE a ganar las elecciones de marzo con un «gesto» en fechas próximas a los comicios, pues «necesita un interlocutor dispuesto a ceder en parte a sus pretensiones». Semejante apaño sería, además de escandaloso, indigno de un partido que forma parte de un Estado de Derecho.

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