[...] Lo que no parece haber entendido Miguel Sanz es que por mucho que él desee regresar a los cotidianos y esenciales asuntos de las autopistas, la sanidad, los impuestos, etcétera, la cuestión Navarra continúa en el tablero nacional. Y que todos los observadores, incluidos los partidos políticos, y empezando por los que le son adversos, miran con lupa cada una de sus declaraciones y decisiones, así como las de otros dirigentes de su partido, para encontrar el grano del que hacer una montaña. [...] Todavía hay políticos que son incapaces de prever, quizás porque no se molestan en hacerlo, las interpretaciones desfavorables o las directas manipulaciones de que pueden ser objeto sus palabras y sus gestos. Y que caen en todas las trampas, hasta que les tienden -a veces, incluso sin querer- los periodistas. Sigue leyendo el análisis de Cristina Losada en Heterodoxias
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