¿Fue el secuestro del Jueves inocente?

Juicio de intenciones
[...] Espero me perdonen ustedes si les confieso mi profunda convicción de que el secuestro de la revista es tan poco inocente como la caricatura misma y que la difusión planetaria de la viñeta injuriosa y su mensaje explícito e implícito es un efecto deseado. […] El «animus iniurandi» del triste cutrerío de la revista de marras es evidente. Pero nadie debería dudar tampoco del de aquéllos que gracias al insólito celo de Conde-Pumpido han podido levantar ya para toda la prensa nacional e internacional una veda ya semiabierta en medios cercanos al Gobierno socialista contra los miembros de una de las pocas instituciones medianamente sólidas tras tres años y medio de legislatura zapateril. Grave no es ya una caricatura obscena sobre los Príncipes o las tan frecuentes sobre Cristo o sobre Dios, en una revista que en su día publicó una viñeta en la que el dibujante reconocía no pintar una caricatura de Mahoma por «cagarse de miedo». Los dibujos y las expresiones de la viñeta «no eran necesarios, por su grosería, para el mensaje», dice el fiscal general. Lo malo, señor fiscal, no es la grosería que a esa revista se le presupone. Es el mensaje. Por eso, preocupante resulta lo muy plausible que es la sospecha de que la intervención correcta del Estado de Derecho sólo se ha producido con intención de debilitar a una de sus propias instituciones.
Más allá de la hipocresía de esos defensores del secuestro que se hubieran lanzado a la calle a defender «la libertad de expresión contra el fascismo» si esta medida la hubiera tomado un Gobierno no socialista, nadie que haya seguido la trayectoria de este fiscal general puede creerse seriamente que tome tal iniciativa sin consultarla con su amo político. Para la ofensiva radical que los socialistas diseñan para movilizar de nuevo a quienes sacaron a votar con la agitación previa al 14-M, nada mejor que la caricatura bolchevique del zarevich lujurioso y vago en su «mansión», agravio constante para los jóvenes sin vivienda, víctimas del «brutal sistema» y «liberalismo salvaje» (neoministra Carmen Chacón dixit). […]
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Hermann Tertsch es periodista especializado en temas de política internacional. En 1983 inició su labor en el diario El País. Desde 1993 hasta 1996 fue subdirector de este diario, responsable de la sección de Opinión, del que ha sido expulsado recientemente por su independencia en asuntos como el proceso de negociación con ETA, el conflicto Israelo-palestino o la dictadura cubana.

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