La aberración de imponer una lengua

El Consello de la Xunta aprobó ayer el decreto que regulará a partir del próximo curso el gallego en la enseñanza. En virtud de su contenido, deberá asignarse el mismo número de horas a la enseñanza del gallego y a la del castellano. Sin embargo, este decreto está muy lejos de ser una equiparación entre las dos lenguas oficiales y muy cerca de ser una imposición. En efecto, el decreto señala un mínimo obligatorio del cincuenta por ciento de asignaturas impartidas en gallego, pero en la práctica es mucho más porque el decreto señala qué asignaturas deben ser impartidas en gallego, dejando para el área castellanohablante materias que no son troncales, como la música, plástica, gimnasia o tecnología, que tampoco necesitan un libro de texto.

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