Mayor Zaragoza: Forrados por la Paz

Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación para una Cultura de Paz, sigue viviendo de los fondos públicos. Según publica la revista Época, las subvenciones que generosamente donan los gobiernos Español (nacional) y Vasco (autonómico), entre otros, sólo dan para los gastos de mantenimiento de la Fundación y para que los implicados y su amigos se forren el riñón a costa del erario público.
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En 2001, Juan José Ibarretxe, presidente del Gobierno Autonómico vasco, se comprometía a crear un Observatorio Vasco de Derechos Humanos y Libertades. Y para organizarlo, uno de los elegidos fue el ex director general de la Unesco y su Fundación Cultura de Paz.

En febrero de 2002, el Consejo de Gobierno aprobó un convenio de colaboración entre ambas instituciones para la creación de este observatorio, en total: 91.000 euros. Según informa el semanario Época, el Gobierno regional lo pagó en tres plazos. Desde esa fecha, nadie sabe nada del Observatorio Vasco de los Derechos Humanos.

Subvención a subvención, la Fundación Cultura de Paz, creada por Federico Mayor Zaragoza en el año 2000, a partir de una declaración de la UNESCO auspiciada por el propio Mayor Zaragoza, sigue existiendo sin que sepamos a qué se dedica exactamente.

La Comunidad de Madrid, durante el mandato de Alberto Ruiz-Gallardón, también dio subvenciones al proyecto, aunque con la entrada de Esperanza Aguirre, el Gobierno regional madrileño se las retiró. También recibe ayudas del Gobierno catalán, del Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona y de la Agencia Española de Cooperación Internacional (del Ministerio de Asuntos Exteriores).

Según sus principios, la fundación tiene como principal objetivo «contribuir a la construcción y consolidación de una cultura de paz, por medio de la reflexión, la investigación, la educación y la acción sobre el terreno». Pero, en concreto, aparte de mantener a los empleados con los fondos públicos, la fundación no hace nada. En 2005, tuvo unos ingresos de 195.155,25 euros. El resto, 176.195,25 euros, procede de subvenciones, casi a partes iguales, de la Generalitat de Cataluña y del Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona.

Además, en la convocatoria abierta y permanente de subvenciones concedida por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) para el tercer cuatrimestre de 2005, la Fundación Cultura de Paz recibió 186.000 euros.
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Pero, a pesar de las subvenciones, según cuenta Época, la Fundación Cultura de Paz tuvo unas pérdidas de 32.631 euros en 2005.

¿En qué gastan el dinero? La mayoría de sus gastos se originan en el mantenimiento ordinario de la fundación. Por ejemplo, la organización tiene su sede en pleno centro de Madrid, en la calle Velázquez, a dos pasos de la Puerta de Alcalá. El alquiler de esta amplia oficina cuesta 32.410 euros anuales. En ella trabajan tres empleados, los únicos que reciben una nómina en toda la entidad. En este concepto, sueldos y salarios, la fundación de Federico Mayor Zaragoza invirtió 78.349 euros. En reparaciones de material en 2005 se invirtieron 2.375 euros; en consumibles, 1.214; en comunicaciones, 16.504 euros; en representación y viajes 13.407; en asesoría, 8.312 euros... Y así hasta sumar los 87.017 euros que comprenden los «otros gastos de su cuenta de resultados».

Sólo quedan 30.877 euros para lograr la «Paz mundial».

Lo que no olvida la Fundación es pagar buenos dineros a los «genios» que perpetraron el engendro de la «cultura por la paz». Por ejemplo, entregaron 12.000 euros a David Adams, ex miembro de la Unesco y uno de los precursores del concepto «cultura de paz». Además, durante 2005, la fundación entregó otros 2.000 euros a Nina Gorvachova y al Instituto Internacional de la Paz a través del Turismo (IIPT). La revista Época se puso en contacto con la fundación para saber quién es Nina Gorvachova y a qué ha destinado el dinero donado en 2005. Sin embargo, ningún responsable de «Cultura de Paz» ha explicado los motivos y el destino de estas ayudas.

Además, el periodista del semanario avisa de que «si en donaciones y ayudas monetarias la entidad justifica un total de 17.114 euros, y entre David Adams, Nina Gorvachova y el IIPT gastan 17.114, ¿en qué partida se encuentran los 3.500 euros ofrecidos a la organización Justicia y Paz que aparecen en la memoria?» «No puedo confirmar que hayamos recibido esa ayuda en concreto» —explican desde Justicia y Paz—, «pero no me extrañaría; la fundación de Federico Mayor Zaragoza a menudo colabora con nosotros».

En 2006, la fundación continuó ampliando sus aportaciones a otras instituciones. David Adams recibió otros 6.000 euros; Federico Figueroa, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en Guatemala, otros 6.000 euros; Alicia Cabezudo, de la Unesco de Argentina, otros 6.000... y así hasta sumar un total de 51.000 euros. ¿Subvenciona la Agencia Española de Cooperación al personal de la Unesco?, pregunta el redactor: «No todos están vinculados a la Unesco», afirman desde la Fundación por una Cultura de Paz, aunque reconocen que «sí la gran mayoría de ellos».

Entre las actividades realizadas en 2005 por la fundación, la memoria incluye las colaboraciones periodísticas del presidente Federico Mayor Zaragoza en medios de comunicación como el diario El País o el semanario La Clave. Los responsables de Cultura de Paz aseguran que su presidente no ha percibido ninguna retribución por estas colaboraciones. «Las de El País y la de La Clave no las cobra. De eso estoy segura», afirma una portavoz de la Fundación Cultura de Paz.

¿Y las otras que figuran en la memoria, además de las conferencias y seminarios? Ante esa pregunta, la responsable decide no contestar. En las cuentas de la Fundación Cultura de Paz tampoco figuran los ingresos recibidos por la publicación del libro La fuerza de la palabra, de Mayor Zaragoza, publicitado en la página web de la organización. Tampoco los 240 euros que le paga el diario El País a Don Federico por cada artículo que publica.

La fundación, por otro lado, es una empresa familiar: el patronato de la fundación está formado, principalmente, por los miembros de la familia de Federico Mayor Zaragoza. Así, la vicepresidenta es su hija María de los Ángeles Mayor Menéndez. Entre los patronos se encuentran Pablo Mayor Menéndez y Federico Mayor Menéndez. El apellido Mayor se repite un par de veces más, en Marta y Andrea Kallmeyer Mayor, nietas del presidente. Su mujer, María de los Ángeles Menéndez González, forma parte de la organización, así como Rafael Anson Oliart y el sociólogo José Vidal Beneyto.

Para que luego digan que no sirve para nada luchar por la paz mundial. Alicianos sí, pero barriendo para casa.

vía El revolucionario

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