Cuando un grupo de republicanos nos decidimos a poner en marcha un apartado de debate en nuestra Web del Club Republicano, estaba claro que uno de los primeros temas a abordar sería el llamado "proceso de Paz". Y allá vamos.
Para nuestro estupor, venimos asistiendo a una serie de despropósitos que pueden terminar conduciendo a la Nación española a un callejón sin salida.
Llevamos dos años contemplando como se le da a la palabra "paz" un carácter taumatúrgico. Lógico, desde las filas socialistas y de la izquierda "progre" que le dan el mismo carácter al liderazgo del Sr. Rodríguez zapatero.
Sí, carácter taumatúrgico, como si las palabras por sí solas, o las ocurrencias, más o menos frívolas, obraran milagros.
Para los republicanos, solo cabe tratar el fenómeno terrorista desde la clásica trilogía: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Analicemos a la luz de este grito intemporal lo que está ocurriendo:
Libertad.
Hablar de que existe libertad, cuando todos aquellos que disienten de la visión nacionalista en el País Vasco tienen que llevar escolta, no deja de ser un sarcasmo.
Hablar de libertad, cuando se somete al chantaje a los empresarios, ya sean estos grandes, medianos o pequeños, no deja de ser una grave irresponsabilidad.
Hablar de libertad, cuando antes de opinar de política en los espacios abiertos, tienes que mirar a tu alrededor para ver quién escucha, no deja de ser un brindis al sol.
En suma, cuando las distintas secciones del entramado terrorista se apropian de la calle, imposibilitando la convivencia pacífica, solo es un ejercicio de voluntarismo.
Decididamente, un gobierno que es incapaz, por acción u omisión, de garantizar la libertad de sus ciudadanos, no merece tener dicha responsabilidad.
Igualdad.
No existen ciudadanos libres sin un Estado que garantice dicha libertad bajo el amparo de leyes justas. Leyes que son aplicadas por jueces y tribunales independientes. Leyes que son aplicadas, independientemente de quién es el sujeto juzgado, su posición social, su adscripción política, etc.
No tiene razón de ser la existencia del Estado moderno si es incapaz de garantizar la vida pacífica de sus ciudadanos, y sancionar a aquellos que quebrantan dicha convivencia.
No existe igualdad, si no existen leyes justas y un sistema judicial independiente. Esto que parece bastante obvio, es algo que se ha olvidado desde las filas del actual gobierno.
Más que eso. Asistimos a un despliegue de vileza sin parangón desde la Fiscalía General del Estado, que entiende la justicia como un instrumento circunstancial al servicio del gobierno de turno.
Observamos, toda clase de presiones contra los órganos jurisdiccionales encargados de entender de los delitos de terrorismo.
Contemplamos con estupor, como las peticiones de penas se asemejan al discurrir de una montaña rusa. Tan pronto se solicitan noventa años, como seis. Que más da.
Que importa que al final de todo esto, solo quede el descrédito del sistema judicial español y de nuestro ordenamiento jurídico en esta materia. ¿Cuándo se está actuando con imparcialidad y justicia?, ¿cuándo se solicitan noventa años o seis años?
Si al final todo esto acaba mal, lo cuál parece más que probable, ¿quién podrá considerar justas y equitativas las condenas que se dicten sin condicionamientos políticos? El daño será irreparable. El resultado: la deslegitimación de la lucha antiterrorista por medios legales.
Fraternidad.
Y qué decir de la debida fraternidad con las víctimas del terrorismo. Parece que desde el gobierno se quiere volver a la época de las catacumbas. Sí, aquella en el que las víctimas se tenían que esconder. Época no tan lejana. Tiempos en los que sólo podían aspirar a un entierro clandestino y al cobro de míseras indemnizaciones.
Si no fuera por que lo estamos viendo, se diría que no es posible tanta miseria humana. Se les demanda un enésimo sacrificio más, el de mirar hacia otro lado, ante la más que probable liberación-excarcelación de los verdugos de sus familiares y amigos. Un sacrificio más. Al parecer no han hecho suficientes sacrificios hasta la fecha. Al parecer no es suficiente con el cuerpo legislativo que ha posibilitado cumplimientos de cárcel irrisorios, en comparación con el daño realizado. Lo dicho, demasiada miseria.
Y no olvidamos el descrédito al que se está llevando al Parlamento. Se hurta a la sede de la soberanía nacional el debate sobre este asunto. Se arrincona a la oposición, y lo que esta representa: casi la mitad de la ciudadanía que vota. Ahí es nada. Se enuncian los derroteros de este proceso en los pasillos y salas. En rueda de prensa. Se nos dirá que esto es la democracia deliberativa y parlamentaria. Sectarismo e irresponsabilidad podríamos llamarlo, y nos quedaríamos cortos.
En suma, estamos ante el ejercicio más irresponsable y demagogo de la jefatura de gobierno desde que murió el Dictador.
Nos encontramos ante un personaje que quiere engañar a todos, y lo que es más difícil, hacerlo al mismo tiempo.
Ante un personaje insolvente, tanto en lo intelectual, como en lo político. En suma, ante un frívolo que después de haber gastado todo su crédito, pide que sean los demás los que corran con los gastos.
Alguien podría decirnos, dónde, y cómo anunció en su programa electoral el PSOE este despropósito. ¿Dónde aparecía esta cláusula del contrato electoral suscrito con la Nación?
Podemos decir sin ruborizarnos, que estamos asistiendo a una nueva suerte de despotismo, por desgracia poco ilustrado, por el cuál, se toman decisiones que nadie ha autorizado a llevar a la práctica. Una suerte de aval para cualquier ocurrencia, eso sí ilimitado.
Para finalizar, nada nos alegraría más que ver el final del terrorismo etarra. Sin embargo, estamos profundamente convencidos de que el derrotero actual es marcadamente equivocado.
Ningún pueblo puede sobrevivir con dignidad, si se cede al chantaje de la violencia, sean cuáles sean las reclamaciones que se escondan detrás.
Solo desde la fortalece de lo que representa el estado moderno, el estado surgido de la Ilustración, es decir, desde aquel que garantiza la "Libertad, Igualdad y Fraternidad" de sus ciudadanos, es posible acabar con el terrorismo.
Lincoln
http://debate-republicano.blogspot.com/2006/11/la-negociacin-con-eta-un-punto-de.html
1 comentario:
Me parece interesantísimo. Todos los republicanos deberíamos escandalizarnos de la ruptura del Estado de Derecho.
Publicar un comentario