vía Carmelo Jordá
El actor (?) e intelectual (jaja) Pepe Rubianes viene a Madrid y presenta una obra en el Teatro Español. La cosa tiene bemoles, en primer lugar porque el interfecto no es otro que aquel no hace tanto se cagó “en
Y ahora ese hombre va a actuar nada menos que en el centro de tan satánico país, en su capital y, para más INRI, en el Teatro Español, que hay que ver lo irónica que puede llegar a ser la vida.
En segundo lugar, y no menos importante, resulta que ese teatro de tan patriótico nombre es de titularidad pública, concretamente municipal. Como todos los teatros públicos (y las televisiones y las editoriales y todo aquello en lo que el estado pone su mágica y manirrota varita) nos cuesta un pastón a los contribuyentes y no pocos se preguntan si ese dinero tiene que entregarse a sujetos que han demostrado tan poco respeto por ellos: en ese caso los que pagamos impuestos en Madrid, que somos y nos sentimos parte de esa “puta España que ojalá se la metan por el culo y explote y les reviente los cojones con
Cada uno verá lo que hace: yo creo que Rubianes es un personaje cualquier cosa menos defendible y me parece lógico que algunos ciudadanos se muestren indignados y en su contra, incluso pienso que tienen derecho a manifestarse pacíficamente, que para eso hay libertad de expresión y manifestación. Personalmente no se me ocurriría ir salir a la calle por algo así, prefiero expresarme con mi ausencia de la taquilla, pero tampoco se me ocurre una sola razón para mostrarme a su lado o al lado de los políticos que le pagan con nuestro dinero.
Y si esa razón es mostrar al PP como la derechona de siempre yo me buscaría algún argumento más sólido y compañeros de viaje un poco menos bocazas. Sí, ya sé que es difícil encontrarlos, pero para eso nos pagan, ¿no Enric?
No hay comentarios:
Publicar un comentario