Radiografía del 11-M (1/5 La situación política)

Radiografía del mayor atentado de la Historia de España

Por CASIMIRO GARCIA-ABADILLO

El vicedirector de EL MUNDO Casimiro García-Abadillo reconstruye las consecuencias políticas del mayor atentado de la Historia de España: Una decena de explosiones el 11 de marzo de 2004, a sólo 72 horas de las elecciones generales, que dio el vuelco a un resultado del que nadie parecía dudar. El periodista analiza en profundidad la versión oficial de la Policía y la Judicatura en torno a la tesis de la autoría islamista, sobre la que el Partido Socialista recibió, horas después de la masacre, datos trascendentales a través de Rafael Vera que la transformaban en una formidable arma electoral. Además, el autor de «11-M, la Venganza» detalla las averiguaciones y, sobre todo, las contradicciones de una investigación que ha empleado más de dos años para ratificar las premisas que llevaron al cambio de Gobierno. Nada de ETA, sólo islamistas. A falta de celebrar el juicio, ésa es la tesis del juez Del Olmo, encauzada por la propia Policía.

I - Situación política

1. El PP se perfilaba como claro ganador de las elecciones generales.

El 5 de marzo (nueve días antes de los comicios) el CIS (sobre una base de 24.000 entrevistas) daba al PP una ventaja de 6,7 puntos sobre el PSOE y le auguraba 176 escaños. Es decir, mayoría absoluta. Los grandes medios de comunicación publicaron encuestas el domingo 7 de marzo. Todas ellas (excepto la de La Vanguardia, que daba una diferencia a favor del PP de sólo dos puntos) constataban una cómoda victoria para el PP, con una horquilla de entre 168 y 172 escaños.

Un ejemplo: el sondeo publicado por El País daba al PP cuatro puntos de ventaja sobre el PSOE (42% del electorado contra 38%). Tanto el PP como el PSOE se presentaban con dos candidatos nuevos: Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero.

Según la citada encuesta de El País, mientras que el 65,7% de la población pensaba que el próximo presidente sería Rajoy, sólo un 11,6% pensaba que iba a serlo Zapatero. Ese mismo día, la encuesta publicada por EL MUNDO ofrecía un dato revelador: entre los votantes del PSOE, José Bono (con el apoyo del 33%) era más valorado que el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno (que sólo lograba el 26%). Mientras que el PP había hecho una campaña continuista respecto a las políticas de Aznar, el PSOE había hecho de la retirada de las tropas españolas de Irak una de sus bazas fundamentales.Un año antes de las elecciones, las calles de Madrid fueron testigo de dos grandes manifestaciones contra dicha guerra.

2- Temor a un atentado de ETA.

Aunque la Policía, la Guardia Civil y el CNI habían elaborado varios informes llamando la atención sobre el riesgo de atentados islamistas en España (sobre todo tras la guerra de Irak y después de los atentados de Casablanca en mayo de 2003), las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado creían que lo más probable era que ETA llevara a cabo un gran atentado en plena campaña electoral. De hecho, el Ministerio del Interior puso en marcha a comienzos del mes de marzo la operación Genil, en previsión de acciones terroristas de ETA.

Los antecedentes no dejaban lugar a dudas. El día de Nochebuena de 2003, ETA colocó dos maletas con 25 kilos de Titadyn cada una en el Intercity Irún-Madrid para que hicieran explosión en la estación de Chamartín. Pocos días después se descubrió otra bomba en las vías del tren que hace el recorrido Zaragoza-Caspe-Barcelona, que estaba lista para hacer explosión el 31 de diciembre. El 29 de febrero de 2004, la Guardia Civil interceptó una furgoneta en Cañaveras (Cuenca) cargada con 536 kilos de Titadyn cuando se dirigía hacía Madrid.

Por su parte, el CNI había grabado una conversación en la que Josu Ternera advertía que «Aznar no se va a ir de rositas», justo unos días antes de las elecciones. ETA se encontraba probablemente en la situación más débil de toda su historia. Tras finalizar la tregua de 1998 habían caído más de 100 comandos y algunos de sus líderes más carismáticos habían sido detenidos.

Precisamente, fruto de la acción policial (en este caso de la colaboración de la Guardia Civil y la Policía francesa) apenas dos semanas después de las elecciones (el 2 de abril de 2004) iban a ser detenidos en Francia el responsable del aparato logístico de ETA, Félix Ignacio Esparza Luri; el coordinador del aparato militar, Félix Alberto López de la Calle (alias Mobutu); y la ex miembro del comando Madrid Mercedes Chivite.

A Esparza Luri la Guardia Civil le encontró un documento en el que se resumían los acuerdos del Comité Ejecutivo de ETA (reunión a la que asistieron Josu Ternera, Mikel Antza, Amboto, Peio Ezkizabel y el propio Luri). Lo más importante de dicha reunión es que la dirección de ETA autorizó contactos con el PSOE después de las elecciones generales. El documento incautado a Esparza Luri estaba fechado en febrero de 2004: un mes antes de los comicios.¿Creía ETA, al contrario que todos los expertos y de lo que revelaban las encuestas, que el PSOE tenía opciones de ganar las elecciones?

Hay que recordar que ya estaba vigente la tregua decretada por ETA sólo para Cataluña. Según refleja el escrito del Comité Ejecutivo de ETA, el mediador elegido para las negociaciones era el centro Henri Dunant de Ginebra, que año y medio después, efectivamente, organizaría los encuentros entre Ternera y el presidente del PSE, Jesús Egiguren.

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