Vuelven a tapiar un túnel del Metro de Barcelona para simular inaugurarlo

El martes, día 11, un error de cáculo provocó el derrumbamiento del muro delante del cual los socialistas se iban a hacer la foto oficial en el macropozo de Onze de Septembre, situado en el cruce de las calles de Josep Soldevilla y de Riera d'Horta del barrio de Sant Andreu de la capital catalana. Después de comprobar que no se habían provocado daños personales, los responsables de la obra más cara de la Generalitat de Cataluña -unos 3.000 millones de euros- ordenaron colocar una gran tela verde para tapar la cabeza de la máquina, de 120 metros de longitud y un peso superior a las 2.000 toneladas. Dirigentes del Departamento de Política Territorial decidieron reconstruir el muro para lo que se ha alquilado maquinaria específica. Se trata de una enorme grúa que recogió las rocas y un artilugio que maquilla la pared para que cuando la tuneladora atraviese el muro nadie en sus casas pueda darse cuenta, mirando la televisión, que esa pared ha sido reconstruida en dos semanas.
Parecería un chiste de Gila, pero, tratándose del más absurdo despilfarro de centenares de miles de euros del erario público, la cosa es muy seria. Desde hace dos semanas, operarios de la línea 9 del Metro de Barcelona trabajan día y noche para tapar y maquillar el agujero realizado por una tuneladora en el muro del túnel donde el consejero de Obras Públicas de la Generalitat, Joaquim Nadal, y el alcalde de la ciudad, Jordi Hereu, tienen previsto hacerse una foto mediática mañana justo en el momento en el que la máquina atraviese
la pared. Es decir, se trata de cerrar un agujero para volverlo a abrir ante las cámaras con políticos sonrientes y sin que nadie se entere de que ya estaba abierto. Para dar marcha atrás en los trabajos y deshacer lo hecho se ha alquilado maquinaria específica, se ha empleado a decenas de personas e incluso, para colmo, se ha reforzado la vigilancia, a fin de que nadie se enterase de tan ridículo montaje. Más vale no pensar lo que hubiese ocurrido si durante estos trabajos se hubiese producido algún accidente mortal, como de hecho ya los ha habido en la obra de la línea 9. Después de que la Generalitat ejerza todo tipo de victimismos para exigir más presupuesto en infraestructuras y más competencias, ya sabemos la eficacia con la que están gestionando el dinero público. Vía El mundo

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